Antes de que Indian se convirtiera en un nombre grabado a fuego en la historia de la moto americana, hubo una bicicleta motorizada con una joroba detrás del sillín. Se llamaba Camelback, por la forma del depósito, y fue la primera criatura salida del ingenio de Oscar Hedström y George Hendee, en Springfield, Massachusetts.
Corría 1903. Los coches eran un lujo exótico, los caminos eran de tierra, y los motores todavía se parecían a los de una máquina de coser. Pero Indian ya tenía una idea clara: construir una motocicleta práctica, fiable y más rápida que cualquier bicicleta, aunque, en aquellos años, las motos, casi, bicicletas con un motor de combustión y la creación del señor Hedström y del señor Hendee fue, al fin y al cabo, una bicicleta con motor. El chasis era más robusto, pero era básicamente una bicicleta con motor. Incluso mantenía los pedales y la cadena conectada a la rueda trasera.
Las primeras motocicletas, como la Indian Camelback, se basaban en bicicletas. La idea, en aquellos años, era la de poner un motor a una bicicleta y hacerla más rápida y versátil, pero manteniendo su accesible coste frente a cualquier automóvil. Los coches, allá por comienzos del Siglo XX, era tan sumamente caros, que solo los muy ricos podían tener uno. El resto de personas se movían en bicicleta y es para esa gente para la que se creó la motocicleta.
Así, pues, el motor era un monocilíndrico de 213 cc, de tipo IOE (Inlet Over Exhaust), con algo más de 2 caballos de potencia. Arrancaba a pedales, como una bicicleta, y transmitía el movimiento a la rueda trasera mediante una cadena directa. A simple vista parece frágil, pero podía superar los 50 km/h, una locura para la época. Como curiosidad, este motor estaba relacionado, en cuanto a diseño, con el motor patentado por Emil Hafelfinger, que a su vez derivaba del motor de un solo cilindro desarrollado por De Dion-Bouton y no los fabricaba la propia Indian, sino Aurora Automatic Machinery Company de Aurora, Illinois
El depósito, montado sobre el guardabarros trasero, daba a la moto ese aspecto tan peculiar. Por su forma, y por cómo se elevaba detrás del sillín, los primeros compradores empezaron a llamarla camelback —“jorobada”—, y el apodo acabó imponiéndose al propio nombre del modelo. En las primeras unidades daba cobijo al combustible y al aceite, pero luego se dejó en exclusiva para el combustible.
Hedström, que había sido relojero y ciclista, cuidó cada detalle. Su carburador automático fue uno de los más avanzados de su tiempo, y el chasis, ligero y bajo, hacía que incluso un ciclista sin experiencia pudiera manejarla. Esa fue la clave del éxito: Indian fabricó miles de unidades en pocos años, y pronto se convirtió en el mayor fabricante de motocicletas del mundo antes de la Primera Guerra Mundial.
La Indian Camelback no solo fue una moto pionera: fue el punto de partida de una leyenda.


Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS