La moto de hoy es una de esas pequeñas de las que te enamoras nada más verla. Se trata de la Honda Motocompo, una moto que nació para encajar a la perfección en el maletero del Honda City, un pequeño utilitario japonés. La idea era que al comprar el coche, encargases la moto como otra opción, para poder transportarla cómodamente en tu vehículo.
La moto en cuestión es desmontable, hasta convertirse en una “caja” de 1185 mm de largo, 240 mm de ancho y 540 mm de alto, con un peso de 45 kg. Unas dimensiones muy compactas y un peso ligero, que permitía que prácticamente cualquiera pudiera subirla al maletero del coche.
Tenía una tapa en su parte superior que escondía dos semimanillares plegables con intermitentes integrados, que se colocaban en su posición y se apretaban con un mando situado en el extremo. El asiento era plegable y se levantaba con el toque de un botón, mientras sus reposapiés, también plegables, se situaban en los laterales de la moto. Estaba disponible en tres colores: rojo, amarillo y blanco.
El maletero del Honda City se diseñó específicamente para acomodar a la Honda Motocompo
El motor era un monocilíndrico de 49 cm3 y dos tiempos que ofrecía unos modestos 2,5 CV a 5.000 rpm y 3,78 Nm de par. Poco, pero suficiente para mover a una persona de un sitio a otro sin esfuerzo, llegando a una velocidad máxima de unos 48 km/h. Disponía de un depósito de gasolina de 2,2 litros y otro de aceite de 1 litro, suficiente para recorrer unos 140 km sin problemas, siempre y cuando no pasases de 30 km/h.
Se produjo entre 1981 y 1983, junto al Honda City, a un precio de 80.000 yenes -845 euros de hoy- y sus previsiones apuntaban a una producción mensual de 10.000 motocicletas. Esta fue una estimación demasiado optimista, pues al final de los tres años de comercialización de la Honda Motocompo, se habían vendido un total de 53.369 unidades. Una moto que no será la más bella, o la más rápida, pero que sin duda, sí es la más versátil.
Pablo Mayo
Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.COMENTARIOS