Moto del día: Aermacchi 250 Ala Verde

Moto del día: Aermacchi 250 Ala Verde

Un éxito de la firma italiana


Tiempo de lectura: 3 min.

La Aermacchi 250 Ala Verde surgió de la necesidad, de la búsqueda de un modelo que pudiera afrontar el desafío que se preentaba en el mercado con los diferentes cambios que se establecían casi cada día. Además, los japoneses se asomaban a la puerta y aunque todavía tardarían en ponerlo todo patas arriba, ya se les esperaba.

Quizá no te suene de nada el nombre de Aeronautica Macchi, pero seguro su historia es muy similar a la de muchas otras compañías italianas. Como su nombre indica, su actividad industrial era la fabricación de aviones, pero después de la Segunda Guerra Mundial y la prohibición a Italia y a los aliados de Alemania de fabricar nada que volara –entre otras cosas–, tuvieron que reconducir su actividad industrial y las motocicletas, dada su relativa sencillez y su economía, eran la mejor opción.

La historia de la Ala Verde empezó en la década de los 50, cuando se lanzó la peculiar Aermacchi Chimera, que si bien causó muchísima expectación, fue un fracaso comercial. De ese fracaso nació la Aermacchi Ala Bianca, que derivo en la Ala Rossa y posteriormente, en la Aeromacchi 250 Ala Verde. También supuso la llegada de la Aermacchi Ala Azzurra y otra serie de modelos que, ya por entonces, se fabricaron con la presencia de Harley-Davidson en el accionariado de la compañía.

Harley se hizo con el 50% de Aermacchi y se aprovechó de dicha adquisición para intentar abrir un poco más su presencia en otros segmentos de mercado. Por eso, es normal que a estas motos se las conozca como Aermacchi Harley-Davidson, de hecho, así lo pone en el depósito de combustible.

La Aermacchi 250 Ala Verde se convirtió en un éxito instantáneo y fue una de las motos favoritas para los pilotos aficionados, pues era bastante rápida para su potencia, era muy ágil y fácil de poner a punto para las carreras. Es más, incluso cuando se presentó su reemplazo, la Aermacchi Turismo Veloce, la Ala Verde continuó como la preferida de los pilotos “de fin de semana”.

El motor de la Aeromacchi 250 Ala Verde derivaba del empleado en la Ala Bianca, un monocilíndrico que vio como su cubicaje crecía hasta los 246 centímetros cúbicos y la compresión pasaba a 8,5:1, al tiempo que se añadía un carburador Dell’Orto de 4 milímetros. Así se logró extraer 18 CV a 6.700 revoluciones, suficiente para alcanzar una velocidad de 131 km/h. También había disponible una versión de turismo, que tenía un carburador más pequeño y una compresión más baja.

La Aermacchi Ala Verde sufrió diferentes actualizaciones a lo largo de los años. Por ejemplo, en 1967 se modificaron algunos elementos del motor –permitió subir la potencia a 20 CV– y se montó un depósito de nuevas formas, guardabarros nuevos y sistema de iluminación revisado. Luego se cambiaron las llantas que pasaron de 17 a 18 pulgadas, mientras que en 1969 aumentarían a 19 pulgadas, todo para corregir cosas de las que se quejaban los clientes.

Entre 1959 y 1972 se fabricaron varios miles de unidades de la Aeromacchi 250 Ala Verde y hoy día es una moto clásica de colección con muchos seguidores.

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Sobre mí

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.

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