Moto del día: Benelli 250 Supercharged

Moto del día: Benelli 250 Supercharged

Era espectacularmente rápida, pero nunca llegó a competir


Tiempo de lectura: 3 min.

La Benelli 250 Supercharged es una motocicleta destinada a la competición, aparecida a finales de los años 30, en plena Segunda Guerra Mundial. La misma contienda paralizó su desarrollo y nunca llegó a competir, aunque la moto, única en el mundo, logró salvarse tras desmontarse y esconderse en diferentes lugares.

Benelli, en sus primeros años de historia, era una marca atrevida e innovadora. Siva de ejemplo que fue el primer fabricante en tener una moto de producción con árbol de levas en cabeza accionado por engranaje –un engranaje es un conjunto de piñones–. También pusieron en las calles la primera motocicleta de producción con un motor de seis cilindros y hasta fueron pioneros en motos con motores sobrealimentados, aunque esta historia es menos conocida.

Todo comenzó en la década de los 30 cuando la sobrealimentación para los motores de motocicleta empezó a hacerse popular. Los mismos fratelli Benelli –fratelli es hermanos en italiano– vieron que la sobrealimentación sería el punto clave de las carreras. Para 1938 los máximos rivales como Moto Guzzi, Gilera, BMW, DKW, NSU y hasta AJS o Velocette tenían motores sobrealimentados y ganaban carreras con ellos; sobre todo los alemanes.

Sin embargo, los motores eran de uno o dos cilindros, por ello, en Benelli decidieron desarrollar un motor de 250 centímetros cúbicos con cuatro cilindros, dos árboles de levas en culata y un compresor volumétrico, así como refrigeración líquida, ya que la refrigeración por aire no podría mantener la temperatura por las prestaciones que se esperaban obtener. También se tuvieron en cuenta tendencias en cuanto a diseño de chasis.

Así, se esbozó una montura con un chasis de tipo simple cuna con tubo redondo, asistido por una horquilla de paralelogramo con amortiguador de fricción y la suspensión trasera de sus monocilíndricas. Se recurrió a frenos de tambor de aleación de gran diámetro.

En cuanto al motor, creación de Giovanni Benelli, se podría considerar una obra de arte de la ingeniería. Era un cuatro cilindros cuyas cotas eran de 45 por 42 milímetros para diámetro y carrera respectivamente, con una compresión de 12:1, árbol de levas en culata, refrigeración liquida y, por supuesto, un compresor volumétrico. Capaz de alcanzar las 10.000 revoluciones, el motor rendía 52,2 CV y podía lanzar al conjunto hasta las 146 mph, casi 235 km/h. Era 15 km/h más rápido que el máximo rival de la marca, la Moto Guzzi 250 sobrealimentada –motor monocilíndrico–.

Obviamente, con unas prestaciones semejantes, Benelli esperaba arrasar en el Campeonato de Europa, pero no llegó a competir. Debería haberse dejado ver en 1939, pero hubo que puliar algunos detalles que provocaron que no sea cabara la moto hasta 1940. Para entonces, Italia estaba muy mal en la Segunda Guerra Mundial y toda actividad que no fuera bélica se dejó de lado.

Vicenzo Clementi escondió toda la flota de motos de careras an áreas rurales, muy alejadas de la sede de Benelli, en Pesaro. Se dice que el motor de la Benelli 250 Supercharged se escondió en el fondo de un pozo seco, mientras que el chasis acabó bajo un pajar, dentro de un granero. Gracias a eso, la moto se salvó, pues la fábrica de Pesaro fue bombardeada entre 1940 y 1941.

Cuando Benelli pudo volver a fabricar motos después de la guerra, la federación prohibió los motores sobrealimentados en competiciones oficiales.

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Sobre mí

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

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