En el año 2012 el BMW C600 Sport hacía acto de presencia y rompía todos los moldes, básicamente, porque BMW nunca había tenido un modelo semejante en su catálogo. Este scooter se convirtió en una de las presentaciones más esperadas de aquel año, precedido de toda clase de comentarios, rumores y por supuesto, el disgusto de aquellos que no consideran que BMW debiera tener scooter alguno en su catálogo.
Los scooter de BMW, al igual que sus motos, no eran convencionales. La firma alemana empezó con el BMW C1, un vehículo nada convencional, que contó con cierto éxito –era sencillo verlos en las grandes urbes– pero no el suficiente como para mantenerse más allá de una generación en el mercado. Sin embargo, tras aquella aventura, las cosas cambiaron mucho y el C600 Sport es la más clara prueba de ello.
Realmente el C600 Sport solo es el resultado de la evolución del mercado y de qué modelos como el Yamaha T-Max contará con un enorme éxito en ventas. La primera incursión de BMW en el segmento de los maxiscooter fue con el C650 GT, un modelo que representaba la esencia misma de BMW Motorrad, pero en formato scooter: calidad de acabados, mucho equipamiento, confort total para conductor pasajero, máxima protección aerodinámica…
El BMW C600 Sport ahonda en el caso contrario, el de la deportividad. Su puesta en escena se debió a un estudio de mercado en aquellos lugares donde el scooter de gran cilindrada tenía más presencia: Francia, Italia y España. Tras ese estudio, los alemanes llegaron a la conclusión de que había lugar para un scooter de talante deportivo, aunque no se podía desarrollar un modelo desde cero o habría sido demasiado caro.
Así, emplearon el mismo conjunto motor-chasis del BMW C650 GT, pero como cabe esperar, se cambiaron muchas cosas. De primeras, la carrocería era diferente, más escueta y agresiva. El cambio de carrocería también se acompañó de un cambio en la postura de conducción y, obviamente, en el peso, aunque seguía siendo un vehículo pesado con algo más de 250 kilos en orden de marcha.
El chasis, por tanto, era un entramado de tubos de acero y aluminio, que contaba con una horquilla con barras de 40 milímetros de diámetro, un amortiguador trasero regulable que trabaja sobre un basculante monobrazo, dos discos de freno delanteros de 270 milímetros y pinzas flotantes, llantas de 15 pulgadas…
Con respecto al motor, era un dos cilindros en paralelo con 647 centímetros cúbicos capaz de rendir 60 CV y 66 Nm de par. Según la marca podía alcanzar los 175 km/h, una cifra bastante buena para un scooter.
Los enfrentamientos con el Yamaha T-Max no se hicieron esperar y el BMW C600 Sport se colocó como el más rápido de los dos, tanto en aceleración como en velocidad máxima. También era más eficaz y veloz en curvas de radio amplio y en cuanto a comportamiento general, lo que provocó que los amantes de la T-Max se pusieran en pie de guerra contra aquellas publicaciones que tenía la osadía de decir algo así.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS