En 1969, y por presión de los distribuidores, Bultaco se lanzaba de forma imprevista al mundo de los ciclomotores presentando en el Salón de Barcelona el 49. No obstante, lo cierto es que que el convencimiento de Francisco Xavier Bultó acerca de todo aquello resultaba más bien escaso. De hecho, siquiera se invirtieron recursos en el desarrollo de un nuevo motor con la cilindrada requerida. Lejos de ello, la mecánica se compró a Mototrans, la cual contaba con una excelente reputación en bajas cilindradas gracias a sus ciclomotores con licencia Ducati ensamblados en su fábrica del Poblenou.
De todos modos, aunque los 49 sólo fueron una página fugaz en la historia de Bultaco, lo cierto es que la casa catalana sí había mostrado un claro interés por el público más joven desde mediados de los sesenta. Es más, en febrero de 1966 ésta lanzaba al mercado el modelo Junior. Un complemento muy inteligente a su gama de carretera y Off-Road, sirviendo para fidelizar clientes desde la adquisición de su primera motocicleta en plena adolescencia. De esta manera, Bultaco ampliaba sus opciones presentando un modelo de acceso para la audiencia más joven.
Respecto a las cilindradas, en 1966 la Junior apareció con 74 centímetros cúbicos para rendir 7 CV a 7.000 revoluciones por minuto. Todo ello para alcanzar 70 kilómetros por hora. En suma, una montura mucho más ligera que las típicas Bultaco con cilindradas medias. Cierto. Pero, al tiempo, no por ello carente del nervio deportivo marca de la casa. Algo perfecto para conquistar las voluntades de los clientes primerizos. Además, al año siguiente la oferta de la Junior se ampliaba con opciones de 100 y 125 centímetros cúbicos.
A finales de los sesenta, el interés del público joven estaba virando rápidamente hacia las monturas Off-Road, lo cual hizo que Bultaco invirtiera muy poco en desarrollar conceptos como el de la Junior
Bultaco Junior 125 GT2, la versión más potente
Una de las cuestiones más interesantes en la historia de Bultaco es cómo ésta supo acoplar unos mismos elementos a diferentes modelos. Gracias a ello, podía presentar una gama bastante amplia sin tener que invertir un dinero excesivo en materia de investigación y desarrollo. De esta manera, la Bultaco Junior contó con una mecánica derivada de la Mercurio rebajando la carrera del cilindro a fin de reducir la cilindrada. De hecho, con el carburador se hizo algo muy parecido, adaptando el montado en la Mercurio aunque reduciéndolo a 18 milímetros.
Así las cosas, lo cierto es que la Bultaco Junior no fue una de las monturas más vendidas por la casa catalana. Para empezar, la variante con 125 centímetros cúbicos no podía ser llevada en España legalmente hasta los 18 años. De esta manera, ésta quedaba reservada a lo que pudiera cosechar en el mercado extranjero. En lo referido la Junior 100, su cilindrada quedaba en tierra de nadie, siendo demasiado para quien sólo buscara un ciclomotor al tiempo que muy poco para aquel comprador que pudiera permitirse una turismo con octavo de litro.
De hecho, sólo vendió unas 900 unidades. Asimismo, la versión básica con 74 centímetros cúbicos era interesante para el público adolescente. Cierto. Pero quizás no tanto como un ciclomotor con ínfulas deportivas al estilo de Derbi. Bueno, y eso por no decir que, a finales de los años sesenta, si algo atraía la atención de la adolescencia eran los ciclomotores de campo. Modelos como el Puch Minicross, el Derbi Cross 50 V4 o el Ducati-Mototrans 500 TT. Todos ellos muy presentes en el recuerdo de una generación que contempló el crecimiento imparable del Off-Road.
El salto de las Junior GT2 a las Streaker fue tremendo, notándose una enorme evolución en la que se resume todo un salto generacional
Así las cosas, en 1972 Bultaco decidió renovar al Junior presentando el GT2. Disponible en 74 y 125 centímetros cúbicos, esta última versión fue la más potente en la historia del modelo a excepción de una variante con 150 centímetros cúbicos destinada al mercado portugués. Con un basculante más extenso que el montado en el modelo de 1966, la Junior 125 elevó su potencia gracias al aumento en el índice de compresión hasta 11,5:1. Es más, junto a esto se cambió el carburador para lograr así 15 CV. Seis más que los entregados por la primera generación del modelo. Gracias a ello, la Junior 125 GT2 fue una buena opción para la deportividad entre los más jóvenes aunque, al poco tiempo, la aparición de la Streaker renovaría complemente el compromiso de la marca con este segmento.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS