Principios de los 90, estamos en plena fiebre del Supermotard. En Europa triunfa el Guidon d’Or pero en España, salvo en casos extraños, todavía nos suena a chino. Y eso que en las míticas Road Races que se celebran en España hay preparaciones de este tipo. Los italianos de Cagiva deciden dar al público algo diferente, y además se adelantan en el concepto a la Aprilia Pegaso 125 y a la Yamaha TDR 125. Nace así la Cagiva 125 Super City.
La fórmula es sencilla: trasladar el concepto de la Cagiva Mito 125 al segmento supermotard. Prestaciones y parte de ciclo hay de sobra, solo falta darle una apariencia gamberra para que los chavales se peleen por ella, sobre todo aquellos más corpulentos o que no lleven bien eso de conducir una moto atándose los cordones de los zapatos.
Diseñan un chasis de simple cuna desdoblado en acero (la Mito llevaba un doble viga de aluminio), y plantan en su interior el monocilíndrico de la deportiva. Tal cual, incluyendo su exclusiva caja de cambios de siete velocidades muy cerrada. Son aproximadamente 26 CV a 10.400 vueltas y un par motor que roza los 20 Nm, y que entrega también muy arriba. Todo ello extraído del monocilíndrico de 56×50,6 mm, refrigeración líquida y sí, dos tiempos, por si hay algún despistado. Mención especial para el basculante en aluminio con refuerzo inferior.
En la parte de ciclo, como siempre, de lo mejor de aquella época. Una horquilla invertida con barras de 40 mm (una barbaridad), que trabaja junto a un monoamortiguador trasero ajustable en precarga. En el apartado de frenos, un contundente freno de disco flotante de 320 mm es mordido por una pinza de dos pistones. Detrás, ideal para derrapar, un disco de 230 mm con pinza de un pistón. En ambos trenes monta llantas de 17″, con neumáticos Pirelli MP7 en medida 110/70 y un interesante donut trasero de 150 mm.
La Cagiva 125 Super City no es una moto apta para todo el mundo, ya no por la potencia (existe una versión limitada), sino porque el asiento se encuentra a 870 mm, lo que rápidamente descarta a los más bajos si no les había espantado ya el precio. Pero la exclusividad se paga.
Doble salida de escape por el lado izquierdo, asiento corrido para poder moverse bien adelante y atrás, un depósito de 14 litros que permite superar los 200 km de autonomía “teóricos”, y una velocidad punta de 142 km/h, penalizado en este caso por su aerodinámica en comparación con su hermana circuitera. Está claro que el ambiente de la Cagiva 125 Super City es la ciudad y carreteras de segundo orden muy retorcidas. Pocas motos son capaces de seguirla en cuanto el piloto se encuentre un poco inspirado.
La Cagiva 125 Super City estuvo a la venta entre 1992 y 1999. No fue un modelo extremadamente popular en nuestro país, pero es fácil encontrar muchas a la venta en Francia, en precios de entre 1.000 y 3.000 euros en función de su estado de conservación y preparación aftermarket que haya recibido.
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Ender
Japan Rules!!COMENTARIOS