Allá por los 90, como si fuera una enfermedad o una locura contagiosa, los fabricantes de motos italianos dieron comienzo a una guerra que siempre será recordada por todos, a pesar de la poca cilindrada de los motores. Fue aquella época de las deportivas de 125 centímetros cúbicos con motores de dos tiempos, un segmento donde las marcas italianas llegaron a dominar con mano de hierro con potencias por encima de los 30 CV y velocidades punta que rondaban los 180 km/h. Impensable en una moto de 125 centímetros cúbicos actual.
Como si fueran deportivas de 600 o 1.000 centímetros cúbicos, se llegó a un punto en el que eran casi motos de competición, con tecnología y soluciones impropias de un segmento de corto cubicaje. Y entre ellas, había una montura que brillaba con luz propia: la Cagiva Mito 125. Esta máquina logró un nivel técnico espectacular, suficiente para convertirse en la referencia del segmento durante décadas e incluso fue la moto más vendida de Italia durante cuatro años consecutivos. Y había razones de peso para ello.
De primeras, la Mito 125 adoptaba la imagen, ángulo por ángulo y curva por curva, de la Cagiva V589 que defendía los colores de la marca en el Mundial de Velocidad, en aquella y loca época de los motores de 500 centímtros cúbicos y dos tiempos. Bajo esa carrocería, con carenado tipo aero, había un chasis doble viga –con barras en forma de “U”– fabricado con aluminio, a que se anclaba un basculante asimétrico fabricado con el mismo material. La horquilla delantera era convencional, pero la trasera era un sistema soft damp que ofrecía la progresividad necesaria para poder exprimir todo el potencial del histérico motor de un solo cilindro que trabajaba en ciclo dos tiempos, o dicen los ingleses –no sin razón–, two stroke o “dos carreras”.
El corazón de esta moto procedía de la Cagiva Freccia C12R, la última evolución de una moto que desbordaba personalidad copia, todo sea dicho, de la bonita Ducati Paso. De hecho, gran parte de la Mito te tomaba de la Freccia, aunque se evolucionó convenientemente, como la horquilla delantera, que pasó de tener barras de 38 a 40 milímetros. El freno delantero tenía una pinza de cuatro pistones y la rueda trasera hacían presumir a los chavales de la época con sus 160 milímetros de ancho.
Como decíamos, el corazón de la Cagiva Mito 125 se tomaba prestado de la Freccia C12R, pero recibía algunos cambios. Las lumbreras del cilindro eran diferentes, el carburador era un Mikuni TM35 y la caja del filtro era específica. Curiosamente, las cifras de potencia bailan según la fuente. Por ejemplo, por lo general, la potencia más mencionada era 34 CV, pero la revista Solomoto, cuando se habló del lanzamiento del modelo, anunciaba nada menos que 38 CV a 11.000 revoluciones. Potencia que llegaba a la rueda trasera a través de su famosa caja de cambios de siete relaciones.
Aunque preciosa y rápida como pocas deportivas de 125, era muy delicada y tenía un mantenimiento muy elevado, pero en el fondo, ¿no son así todos los vehículos deportivos?
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.Yo tuve la freccia mismo motor pero más aerodinámica el encarnado era de la ducati paso dedmo
Yo llevé la freccia de un amigo y era una barbaridad lo que andaba. Una purasangre
Yo tuve la freccia R12 color negro llevan el mismo motor pero es más aerodinámica