Hoy en día resulta indudable la existencia de una amplia afición por el Motocross en la Península Ibérica, respaldada por décadas llenas de campeonatos, carreras y todo tipo de modelos fabricados por marcas tan diferentes como Bultaco, OSSA, Montesa o Derbi. Sin embargo, todo ha de tener un comienzo. Punto de partida en el que la Derbi 350 Motocross de 1959 fue una protagonista indudable, llevando a Andreu Basolí hasta la victoria en una de las dos clases desplegadas en el primer Campeonato de España de Motocross. Una hazaña llena de anécdotas en la que bien merece la pena ir paso a paso.
Así las cosas, lo primero que debemos hacer es situarnos en 1959. Año en el que se celebró la temporada inaugural del Campeonato de España de Motocross. Compuesto por tan sólo tres pruebas – Vitoria, Manresa y Madrid – , en él se vivió una lucha feroz entre los equipos oficiales de Derbi, Sanglas, OSSA y Montesa. Todo ello a través de dos clases. Una en la que se englobaban las motocicletas de hasta 250 centímetros cúbicos y otra en la que tomaban salida todas aquellas que los sobrepasasen. Llegados a este punto, mientra la primera fue ganada por OSSA con Juan Antonio Elizalde como piloto, la segunda se fue para los talleres de Derbi gracias a un Andreu Basolí que se las tuvo que ver con el competitivo Josep Antoni Maseras y su Sanglas.
Ahora bien. Como es fácil imaginar, el motociclismo de campo en España para aquel lejano 1959 aún estaba poco desarrollado. Es decir, las influencias provenientes del Reino Unido aún habían sido escasas, por lo que las motocicletas de Enduro fabricadas por empresas nacionales se encontraban no menos que en pañales. De esta manera, gracias a que los circuitos se basaban más en caminos convencionales que en verdaderos trazados llenos de obstáculos creados a posta, el recorrido de las suspensiones no planteaba demasiados problemas. De hecho, quedaban algunos años para ver popularizados los modelos creados por y para la práctica fuera del asfalto, siendo lo más normal adaptar los de carretera con retoques tan sencillos como indispensables.
Basadas en las motocicletas de carretera, las tres unidades 350 preparadas por Derbi de cara al Campeonato de España de Motocross en su edición inaugural acabaron desapareciendo
Derbi 350 Motocross, una de las primeras ganadoras
Nacido en 1929, Andreu Basolí fue una de las personas mejor emparentadas dentro del motociclismo catalán. Sobrino de los fundadores de Derbi, este precoz piloto y estudiante de piano se destacó en la competición siendo ganador del Campeonato de España de Rallyes en Moto en las ediciones de 1957 y 1958. Además, en 1959 se hizo con el Campeonato de España de Regularidad. Es decir, no cabía duda sobre el enorme potencial de aquel joven, quien posteriormente dedicaría su vida con ahínco a los aspectos comerciales del motociclismo.
No obstante, Andreu Basolí tenía una pasión temprana. La llamada del Motocross. De esta manera, fue uno de los primeros pilotos en España que se empezó a interesar por la práctica de aquella especialidad popularizada en el Reino Unido, apuntándose sin duda a la clase superior del primer Campeonato de España de Motocross. Algo que planteaba un problema al encontrarse en la Cataluña de 1959: ¿con qué motocicleta disputarlo?
Al fin y al cabo, aquí todo aquello estaba muy en pañales. Por ello, el departamento de competición de la propia Derbi se puso manos a la obra con la creación de tres prototipos de Motocross para los tres pilotos que estarían en su equipo oficial. Obviamente el propio Andreu Basolí, pero también Toni Palau y Pere Pi. Llegados a este punto, los ingenieros de la casa se basaron en sus modelos de carretera a fin de crear unas monturas de Enduro.
El pasado 2018, y tan sólo unas semanas antes del fallecimiento de Basolí, se presentó una réplica de la 350 para poner así en su merecida importancia histórica a esta montura
Dotadas de un motor bicilíndrico con 350 centímetros cúbicos y unos 18 CV, aquellas Derbi 350 Motocross adaptaron el recorrido de sus suspensiones, montaron neumáticos de tacos, lucieron protecciones especiales, incorporaron un nuevo manillar y se dotaron con un sillín especial para no resbalar demasiado hacia atrás al apoyarse en plena aceleración. Todo ello para lograr ganar y, posteriormente, desaparecer sin dejar rastro entre los registros de la fábrica. Afortunadamente, el pasado 2018 se presentó una réplica hecha en base a los pocos documentos gráficos que han conseguido perdurar hasta hoy. Una labor que llegó justo a tiempo, pocas semanas antes de que Andreu Basolí falleciera, pudiendo contemplar así esta recreación del modelo con el cual logró uno de los mayores éxitos de su carrera.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS