La Vespa es un icono, un modelo mítico capaz de superar viento y marea, de adaptarse a los tiempos sin perder su esencia o, al menos, sin que los usuarios critiquen los cambios. Al menos eso es lo que parece, pues actualmente, pocas cosas diferencian a una Vespa de un scooter convencional y, sin embargo, su legión de seguidores crece con cada día que pasa.
También es cierto que la fama de la Vespa no es nueva, viene de lejos, de muy lejos, de una época en la que su concepto fue revolucionario y, además, necesario. Más concretamente, la Vespa, como muchos sabréis, nació en la década de los 40 como vehículo funcional, versátil y económico, con un notable crecimiento en Europa –especialmente en Italia– del concepto scooter que había iniciado Piaggio. De hecho, no tardaron en aparecer competidores como Lambretta, que tuvo tanto éxito como Piaggio.
Esa popularidad provocó que Claude McCormack, presidente de la antigua empresa de motos Douglas, se fijara en la Vespa y en todo lo que provocó en Italia. En 1948, de vacaciones por Italia –las vacaciones que se podían realizar en aquellos años, tras la Segunda Guerra Mundial–, se dio cuenta de que todo estaba lleno de scooter. En palabras propias comentó “uno estaría ciego si no viera scooter circulando por todas partes a su alrededor, principalmente Vespas y Lambrettas”. La situación le permitió ver que el concepto de vehículo podría ser muy rentable para su empresa.

La cuestión es que, para los estándares del “poderoso” imperio británico, el scooter era un vehículo extraño, sobre todo en una época, en la cual, Reino Unido era potencia mundial en la producción de motocicletas. Aun así, el señor McCormack entabló relaciones con Piaggio y en 1949 presentó al público británico la Vespa “Douglas”, la Vespa fabricada en tierras británicas bajo licencia. O mejor dicho, ensamblada, pues todas las piezas se fabricaban en Italia, pero se montaban en Reino Unido.
En 1956, Douglas presentó “su” Vespa, que, como era de esperar, era básicamente una copia de la Vespa italiana, aunque tenía algunos cambios obligados por la normativa británica. Por ejemplo, el faro debía estar en el escudo frontal, bajo el manillar, y no en el guardabarros delantero como en el modelo original. Había también otros cambios, como los proveedores. Los modelos británicos, fabricados en Bristol, montaban encendidos Lucas o carburadores Amal.
Douglas también tuvo su versión de la Vespa GS 150, aunque no se llamaba así. Se vendió como Vespa Sport 1, o VS1 como la denominan los aficionados al modelo.
McCormack tenía planes de fabricar 10.000 unidades al año y lo logró. La producción de la Vespa Douglas duró 12 años, durante los cuales, se fabricaron un total de 126.000 unidades. La producción cesó en 1964, aunque la marca continuó representando a los scooter italianos durante muchos años más.
Las Vespas Douglas fueron los únicos scooter construidos a tal escala en Gran Bretaña
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS