La Ducati 620 Sport apareció en el año 2003, cuando Ducati renovó en gran medida la saga Supersport y retiró la 750 y la 900, para poner en su lugar la 620, la 800 y la 1.000. Una nueva familia de Supersport que mantenía el diseño del señor Terblanche que no tuvo el éxito que realmente se merecía, pues muchos lo considerado algo controvertido y poco armónico.
Corría el año 1999 cuando la firma italiana presentó las Supersport de Terblanche. La saga Supersport siempre ha sido la moto más tradicional de la marca, una moto que representaba la conducción deportiva más pura, solo indicada para los amantes de la motocicleta sin filtros, con un chasis muy rígido, una posición de conducción radical y motores no especialmente potentes, pero idóneos para una conducción absolutamente purista. La potencia no da la deportividad.
La Ducati 620 Sport, aparecida en 2003, era la versión más pequeña de las Supersport, aunque pequeña por motor, pues todo lo demás era compartido con el resto de versiones. Es decir, chasis, suspensiones, carrocería… Para diferenciarla de sus hermana que había que fijarse en el tamaño de los cilindros, en la presencia de discos de freno delanteros más pequeños y en el tamaño de las ruedas, más pequeño que en las otras dos. Sin embargo, aunque era, obviamente, la menos potente y la menos rápida, no era por ello la menos deportiva. Era tan radical como sus hermanas mayores, solo que, como hemos dicho, algo más lenta.
El motor de la 620 Sport se tomaba de la Ducati Monster 620i.e., un dos cilindros de 618 centímetros cúbicos refrigerado por aire y culatas de dos válvulas con distribución desmodrómica –por supuesto–, así como inyección electrónica Marelli, que rendía 61 CV a 8.750 revoluciones y 54 Nm de par a 6.500 revoluciones. La caja de cambios era de cinco relaciones.
Sí, para ser una motocicleta deportiva tiene poco motor, pero como decíamos, la deportividad no la un motor potente, sino un conjunto que permita practicar una conducción deportiva; aceleraciones intensas, frenadas en el último momento, curvas tomadas a la máxima velocidad posible… La Ducati 620 Sport permitía realizar una conducción realmente agresiva con una comunicación total con su conductor, una simbiosis que no se tiene en todas las motos que presumen de ser deportivas. Además, sus ruedas, con medidas de 120/70 ZR17 delante y 160/6’ ZR17 detrás, ofrecían un tacto y un comportamiento predecible y fácil de controlar. El peso de 182 kilos también ayudaba.
Todo aquel que optaba por una Ducati 620 Sport debía tener una cosa clara: no había concesiones al confort ni a la practicidad. El chasis de tubos de acero era rígido, muy rígido, las suspensiones tenían un tarado muy duro, el manillar estaba por debajo de la línea del asiento –se conducía con el culo en alto y las manos abajo–, la maneta de embrague estaba dura… Muchos la recomendaban como primera motocicleta deportiva, aunque tenía una rival a la que no pudo ganar: la Suzuki SV650 S.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS