La Ducati 999 fue un auténtico atrevimiento por parte de la firma italiana. Tenían que reemplazar a uno de los mayores iconos del mundo de las Superbikes y ni cortos ni perezosos, tiraron por el camino de en medio. ¿Eso no es valentía? Claro que sí, pero ya sabían que pondrían cosas como la Ducati 999 R en liza y muchos cambiarían rápidamente de opinión,
Allá por el año 2004, el segmento de las Superbikes era muy diferente. Las bicilíndricas todavía tenían un hueco en el mercado y Ducati mantenía ese dominio a base de miedo con sus “dos perolos” en L desmodrómicos. De hecho, venía de una época casi imparable, una época con la saga 916/998 que no solo levantó pasiones por su imagen, sino también por sus prestaciones. Y eso que como deportiva italiana, era un moto que pedía muchos mimos.
La Ducati 999 R era el máximo exponente del reemplazo de aquella Superbike, una motocicleta que causó un revuelo por su diseño, muy polémico –de los diseños más polarizantes de cuantos se presentaron a comienzos del Siglo XXI–, pero que bajo su estampa, escondía uno de los motores de dos cilindros más poderoso de aquellos años.
A nadie se le escapa que Ducati se la jugó con el diseño de esta moto, apostaron por el palmarés y el caché del nombre Ducati, pero no se dieron cuenta de que, en realidad, el caché era de la saga 916/998
Era el típico motor Ducati: dos cilindros en V a 90 grados y cotas supercuadradas –104 por 58,8 milímetros para diámetro y carrera– que anunciaba 139 CV a 10.000 revoluciones y 11 mkg de par a 8.000 revoluciones. Era una bestia con una relación peso-potencia de 1,39 kg/CV. De hecho, el poderío del motor lo confirmó la revista La Moto en su número 167, de marzo de 2004, al registrar en su banco de potencia nada menos que 141,4 CV a 10.000 revoluciones, junto a un par de 11,2 mkg a 7.650 revoluciones.
La Ducati 999 R era la base de las Superbikes oficiales, la moto “de homologación” para poder correr el mundial, aunque claro, la Superbike tenía como 50 más, suspensiónes muchísimo más rídigas y, entre otras cosas, unos frenos mucho más potentes. Y no lo decimos nosotros, lo dijo Rubén Xaus en la prueba de la mencionada revista La Moto, quien no tuvo reparos en alabar la 999 R, y no porque fuera, precisamente, piloto de Ducati en aquellos años –su moto de calle, por cierto, era una 996 R, comprada con su propio dinero y no cedida por la marca–.
Puede que no te guste el diseño de la Ducati 999 R, pero si dejas de lado su imagen, algo que no siempre es fácil, tendrás una motocicleta realmente racing al más puro estilo italiano –ciclo de primerísimo nivel, personalidad a raudales, componentes exclusivos… – y además, capaz de alcanzar los 272 km/h, de hacer el 0 a 400 metros en 10,4 segundos y de atronar a tus compañeros de ruta con el característico sonido de los bicilíndricos Ducati.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS