En el desarrollo de una nueva motocicleta intervienen no pocos profesionales necesarios de cara a perfilar lo mejor posible el diseño. De esta manera, desde los departamentos comerciales hasta los de ingeniería todas y cada una de las casas fabricantes han de tener en cuenta no pocos elementos necesarios si es que desean tener éxito con sus nuevas monturas. Eso sí, en este complejo proceso muchas de las partes implicadas no se exponen de la misma manera.

Así las cosas, el papel de los pilotos probadores suele estar más invisibilizado de lo que debería. Y es una pena pues, no en vano, algunos de ellos han resultado clave a fin de comprender porqué ciertas motocicletas icónicas son como son.

Sin embargo, es de justicia recordar cómo al menos en el mundo del Trial esto no siempre ha sido así. Es más, aquí estamos hablando de un ámbito donde los pilotos probadores -las más de las veces con trayectoria deportiva- sí han sido públicamente reconocidos.

Como ejemplo tenemos a Mick Andrews y su labor con OSSA o Yamaha; pero también a Pere Pi con Montesa o Jaime Subirás con Fantic. De hecho, su trabajo fue clave para entender la aparición de nuestra Moto del Día en el mercado español de 1984: la Fantic 300 Trial. Pero vayamos por partes.

Para empezar, Jaume Subirà es un viejo conocido para los seguidores del Off-Road en España. Curtido como mecánico en Montesa, su salto a la competición se dio a finales de los años setenta, siendo un claro postulante para el título nacional en diversas ocasiones al haber logrado el segundo puesto en 1976, 1977 y 1982.

Además, hacia 1980 puso sus saberes al servicio de la italiana Fantic, la cual venía siendo una de las grandes referencias europeas en materia de motocicletas Off-Road desde su fundación allá por 1968. Una época de esplendor para quienes, como OSSA, Montesa o Bultaco hubieran visto las posibilidades brindadas por el mercado estadounidense antes de verse éste colmado por los productos de los fabricantes nipones.

Al igual que hiciera Pere Pi con Montesa o Mick Andrews con OSSA, Jaume Subirà jugó un excelente papel para Fantic como piloto probador de sus máquinas de Trial

Dicho esto, cuando a comienzos de los años ochenta Fantic decidió poner las más de sus energías en el mundo del Trial dispuso un equipo de competición en el que destacó el fichaje de Jaume Subirà. Pero además, encargó al mismo el desarrollo del que iba a ser uno de sus modelos más icónicos en dicha especialidad: el 300 Trial.

Basado en aligerar el peso lo máximo posible junto a obtener un adecuado equilibrio de masas, esta motocicleta con motor de 246 centímetros cúbicos puso al alcance del público una máquina derivada directamente de la competición.

Y eso, en el caso de Fantic, era decir bastante pues tenía presencia en el Mundial aunque, en aquella época, todo iba un paso por detrás del ritmo marcado por las avanzadas Honda con motores de cuatro tiempos.