Gracias a su reciente edición 50 Aniversario, la Fantic Caballero ha regresado a las mentes de quienes dejaron de tenerla presente durante un tiempo. Y es que, sin temor a exagerar, Fantic ha sido y es una de las casas europeas más recurrentes en la historia del Off-Road gracias a no pocos modelos icónicos tanto en el Trail como en el Trial.
Dos palabras que, dicho sea de paso, ejemplifican lo mucho que puede cambiar aquello de lo cual estamos hablando con tan sólo modificar la posición de una letra.
Pero vayamos por partes. Concretamente hasta la primera pues, no en vano, hoy vamos a recordar el inicio de la mítica saga Caballero. La cual, por cierto, no tuvo nada que ver en sus inicios con lo que es hoy en día pues, para empezar, a finales de los años sesenta estamos hablando ni más ni menos que de un ciclomotor.
Sí, uno de aquellos ciclomotores camperos tan frecuentes en la época. Aquella en la que en España los Gimson Canigó, Lambretta Trepador, Puch Minicross o Derbi Cross V4 iniciaron a toda una generación de adolescentes en las peripecias del campo a través.
Eso sí, como ya hubiera ocurrido años antes con los ciclomotores enfocados al ejercicio de la velocidad sobre asfalto aquellas máquinas no siempre eran sencillas y económicas. Lejos de ello, diversas marcas se permitieron el capricho, sino el alarde, de hacer ciclomotores Off-Road con una gran exquisitez mecánica así como una factura lejos del alcance mostrado por los bolsillos de los adolescentes.
Así las cosas, en 1969 la recién nacida Fantic -fundada durante el año anterior por dos antiguos empleados de Garelli- presentó su primera gran apuesta comercial con el lanzamiento de la Caballero. Una montura Off-Road con motor Minarelli de 50 centímetros cúbicos capaz de entregar 1.25 CV a 5.000 rpm bajo el nombre de TX-9.
Eso sí, gracias a un carburador mucho más generoso las unidades de exportación lograban 6.2 CV a 8.600 rpm. Sin duda, unas prestaciones mucho más acordes a una opción recreativa y no simplemente utilitaria.
Asimismo, durante 1971 la Caballero TX-9 se complementó con el lanzamiento de dos versiones más incluyéndose una con hasta seis velocidades -Competizione, con motor P6 SP-. Y es que, como vemos, las bajas cilindradas no están reñidas con la complejidad y el virtuosismo en la técnica.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS