Quizá no lo hayas vivido, pero hubo una época en la que todas las calles estaban plagadas de ciclomotores, motillos con motores de 50 centímetros cúbicos que se podían conducir desde los 14 años, que eran el sueño de cualquier chaval aficionado a las dos ruedas. Llegar al instituto en un scooter o en una “moto de marchas”, era ser la envidia de todos los compañeros y por supuesto, te convertía en el centro de atención de algunas féminas, que se convertía, en caso de ser una chica quien llegaba a los mandos de una de estas máquinas, en la comidilla entre los jóvenes moteros.
Eran otros tiempos, no cabe duda. Tiempos muy locos, por cierto. Entonces, los ciclomotores no tenían que pasar ITV y se hacía de todo con ellos, desde cambiarle el escape por un Tavi, entre otros, que tenía un sonido que taladraba los oídos, hasta aumentar la cilindrada con toda clase de kits. No era raro que hubiera scooter capaz de alcanzar los 110 km/h ¡con un chaval de 14 años a sus mandos! Eran los años de las Aprilia RS y Aprilia SR –la primera era la deportiva, la segunda, el scooter–, de los Piaggio NRG y Typhoon, de los Vespino capaces de adelantar coches en vías de servicio con una rueda en el aire…
Visto desde nuestra perspectiva, era un disparate que ahora muchos recordarán con añoranza. Una época en la que Honda, curiosamente, no estaba tan presente entre la chavalería, hasta que a finales de los 90, en 1998 para ser más exactos, lanzó al mercado el Honda X8R-S. Un scooter que tenía como objetivo pelear cara a cara con el Yamaha Aerox, con el Piaggio NRG, el Peugeot Speedfight y el Gilera Runner, por poner unos ejemplos.
Se presentó con una imagen atractiva y deportiva, muy en línea con lo que ofrecían todos los rivales. Se articulaba sobre un chasis de aluminio de una sola pieza, algo que supuso toda la novedad y una revolución en el segmento y era motivo para chulear entre los amigos. Además, se aderezaba con ruedas “gordas”, con 120/70 13 delante y 140/60 13 detrás, ambas equipadas con discos para los frenos.
Como todos los scooter de aquel momento, el motor era un dos tiempos de 49 centímetros cúbicos alimentado por un carburador, aunque en este caso, Honda recurrió a la refrigeración por aire forzado. Era el mismo motor que montaba el SRX Shadow, pero se habían modificado la cámara de combustión, el cilindro y el escape para proporcionar un comportamiento más deportivo. La transmisión era el sistema Honda V-Matic, que ofrecía un funcionamiento más suave que la competencia. La potencia de este motorcito era de 1,51 kW –unos 2,05 CV– y el par ascendía a los 2,47 Nm.
No tuvo tanto éxito como el Yamaha Aerox o el Piaggio NRG, pero contaba con una gran cantidad de componentes para su potenciación, con los que se podía llegar a conseguir más de 10 CV y velocidades cercanas a los 115 km/h. También contó con una versión denominada X8R-X, que venía a ser un Typhoon a la japonesa, es decir, un scooter con aspiraciones camperas, al menos en imagen.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS