Nuestra protagonista de hoy tiene el honor de ser la primera moto de 600 cm³ de producción que alcanzó la barrera psicológica de los 100 CV de potencia. La Kawasaki ZZR 600 de primera generación llegó al mercado en 1990 y aguantó hasta 2004 sin apenas modificaciones; nada mal para un segmento en el que el cambio y las actualizaciones son una constante si se quiere seguir siendo competitivo.
La ZZR tuvo que batirse el cobre con toda una superventas de aquella época, como era la Honda CBR 600 F y las menos conocidas Suzuki RF 600 y Yamaha FZR 600. Pese a ser la más potente de las cuatro y la más rápida en linea recta, llegando a alcanzar los 250 km/h, no era la más ágil y dinámica. Se presentó como una moto “R”, pero lo cierto es que siempre tuvo un fuerte ADN de sport turismo o “F”.
La principal renovación del modelo se produjo en 1994 en la que se actualizaron las lineas estéticas, se cambió la instrumentación por una más completa y se mejoró la protección aerodinámica. También se introdujeron algunos cambios importantes como la admisión forzada mediante RAM AIR, mejoras en la horquilla delantera y se trabajó en el motor aligerando algunas partes para conseguir un tacto más rabioso.
La ZZR es una moto larga, bastante pesada (195 kg en vacío) y muy baja. La estabilidad a altas velocidades está garantizada. Su terreno de acción son los cruceros por autovía a ritmos elevados y las curvas rápidas. Las carreteras sinuosas no son su fuerte debido al alto peso del conjunto y a su elevada distancia entre ejes, aun así, con la suficiente habilidad, puede resultar muy divertida en este tipo de situaciones.
Debido a que en realidad estamos ante una moto F, hacer viajes con ella no supone ningún martirio. El carenado protege frente al viento y las inclemencias del tiempo. El asiento cuenta con un mullido correcto y la postura es razonablemente erguida ya que los semimanillares están ubicados en una posición bastante elevada respecto a lo que podríamos esperar en una moto puramente deportiva.
En cuanto al motor, como buen tetracilíndrico tiene un tacto eléctrico, suave y aterciopelado sin ningún tipo de vibraciones o quejidos, independientemente del régimen al que gire. El motor está muy vacío en bajos y medios, como suele ser habitual en estas mecánicas, pero a partir de 8.000 revoluciones es cuando despierta y empieza a mostrar todo su potencial, hasta las 14.000 vueltas, donde nos toparemos con el corte de encendido. El consumo de gasolina no es elevado si tenemos en cuenta la edad y las prestaciones del modelo, pudiendo rondar los 6 litros a los 100 km a ritmos legales. Quizá su punto débil es que necesita un mantenimiento minucioso y relativamente complicado si queremos que todo funcione correctamente.
La ZZR fue un gran éxito de ventas en nuestro país y aun puede verse con relativa frecuencia por nuestras calles. Es una buena opción si buscas una moto polivalente con la que poder viajar cómodo y a su vez divertirte de ruta el fin de semana. Estéticamente el diseño es bastante atemporal y ha envejecido muy bien. Se pueden encontrar unidades en buen estado de la versión RAM AIR (la más recomendable) a partir de unos 1.000 euros. Toda una ganga si quieres probar lo que es una moto grande, con una potencia ridículamente alta, a un precio sin competencia.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.Buen artículo.
Una de las motos “para la historia”.
Mi primera moto, que buena y noble que era