En KTM siempre les ha gustado hacer las cosas a su manera y no dejarse llevar por las modas o por lo que esté haciendo la competencia. Nuestra protagonista de hoy es una buena prueba de ello. La KTM Duke III es una moto de planteamiento único que no tiene ningún rival directo con el que poder compararse. La duquesa es una naked de media cilindrada con un objetivo muy radical basado en la deportividad y el rendimiento; pero no de cualquier forma, es deportividad al estilo KTM. Es decir: peso pluma, parte ciclo de primer nivel y un motor muy peculiar.
La KTM Duke de tercera generación llegó al mercado en 2008 y el salto respecto a su predecesora fue abismal en todos los terrenos. Estuvo a la venta hasta 2012 y también hubo una versión mejorada que hacía aún más hincapié en la deportividad y el rendimiento: la KTM Duke R.
La parte ciclo es sencillamente espectacular. Chasis tubular trellis muy muy rígido. Horquilla invertida WP de 43mm y en el apartado de frenos: bomba y pinzas radiales que muerden un disco de 320 mm son sólo algunas de sus características más reseñables. El peso en seco es de unos ridículos 148 Kg, hay motos de 125 que pesan más.
El motor LC4 es otra obra única de ingeniería, es un mono cilíndrico de 650 cm³ que da la friolera de 65 CV (690 cm³ y 72 CV en la versión R, en la imagen superior) y tiene el honor de ser el mono cilíndrico de producción más potente jamás fabricado.
La KTM Duke III es, hasta la fecha, la más radical de la saga en parte por un asiento muy estrecho y alargado que casi llega hasta la pipa de dirección y una postura de conducción que recuerda un poco al super motard. De hecho, cuando sacaron su sustituta en 2012, la dulcificaron un poco para hacerla más atractiva a un público más amplio.
En cuanto a conducción, el hábitat natural de esta moto son las carreteras con curvas, cuanto más reviradas y lentas, mejor. En estas condiciones no tiene rival y puede sacarle los colores a motos con el doble de potencia. Si la quieres para eso te lo pasarás como un enano haciendo tumbadas y cambios de dirección con una facilidad pasmosa gracias a lo ligera que es y a sus neumáticos de tamaño contenido.
En autovía y rectas toda esa diversión se diluye. El motor tira bien (para ser un mono) y puede alcanzar los 200 km/h, pero cualquier tetracilíndrica de 600 cm³ te dejará atrás sin ningún miramiento. Entre eso, y la nula protección aerodinámica, está claro que donde mejor se desenvuelve la duquesa es en los puertos de montaña, esperando para cazar a su presa.
La KTM Duke III es una moto muy especial. El hecho de que su sustituta fuese una moto más domesticada la hacen si cabe un poquito más deseada. Es por ello que los precios no son bajos, se pueden encontrar unidades desde unos 3.000 euros. Es preferible no jugársela con kilometrajes elevados (más de 30.000) porque el motor va muy apretado y eso puede condicionar la fiabilidad a largo plazo.
Si tienes muy claro que tú donde te lo pasas bien conduciendo es en carreteras de montaña y no alcanzando velocidades de cárcel en línea recta, esta puede ser tu moto. Al comprarla estarás haciendo un sacrificio: sacrificaras confort, polivalencia y potencia “pura” pero a cambio tendrás una de las moto más divertidas que existen para tu carretera de curvas favorita.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS