La Lambretta Tron es parte de una triada de modelos con los que la empresa de Éibar pretendió renovar su gama e intentar salvarse de la situación desesperada en la que vivía desde finales de los setenta. De esta manera, la antigua licenciada en España de la casa madre en Italia – la cual había cerrado en 1972 – buscó un salto hacia adelante especialmente en materia estética, confiando al diseñador Francisco Podadera la creación de las líneas que habrían de enfocarla hacia el siglo XXI. Desgraciadamente, todo aquello no llegó a plasmarse y en 1990 la fábrica de la antigua Lambretta Locomociones S. A – absorbida por la también guipuzcoana Alfa un año antes – cerró del todo sus puertas.
No obstante, lo mejor para entender todo este proceso empresarial y de diseño será remontarse hasta los años setenta. Iniciada la década, Lambretta Locomociones S.A había experimentado al igual que el resto de fabricantes occidentales el empuje de la competencia japonesa. Una competencia que durante los años sesenta había arrasado en casi todos los segmentos, imponiéndose gracias a su mezcla de practicidad, buen precio y atractivo diseño. Desde las superbikes hasta las pequeñas urbanas parecía que ninguna motocicleta europea se veía libre de ser barrida por las niponas tanto en circuitos como en la calles.
Así las cosas, Lambretta Locomociones S.A emprendió una inteligente estrategia basada en el “ si no puedes con tu enemigo, únete a él “. Por ello ya en 1967 firmó los primeros acuerdos con Honda, materializados dos años más tarde con los primeros modelos de la marca ensamblados bajo licencia en el País Vasco. Los Honda 50 PC/PS. Llegados a este punto, durante los años setenta la relación entre la concesionaria y la central en Japón se deteriora hasta tal punto que desaparece en 1979. Hecho que deja a la fábrica en una situación muy delicada, declarando la suspensión de pagos aquel mismo año. Sin embargo, aún quedaba partido por jugar.
Durante los setenta cerró la central de Lambretta en Italia al tiempo que la asociación con Honda no produjo un buen entendimiento, así las cosas la fábrica de Éibar encaraba los ochenta en plena suspensión de pagos
Lambretta Tron, un diseño de Francisco Podadera
Licenciado en ingeniería aeronáutica y especializado en diseño industrial en Los Ángeles, Francisco Podadera fue uno de los creativos más prometedores de la industria automotriz nacional durante los años ochenta. Dotado de un estilo futurista muy propio de la década, suyos son vehículos tan interesantes como el Aníbal F100 o el Pegaso Solo. Además, siempre prefirió mantener su independencia no entrando a sueldo y exclusividad de ninguna marca.
Por ello sus creaciones también pueden verse en el mundo del motociclismo, llamado a mediados de los ochenta por Orbar S.A de cara a revitalizar la existencia de Lambretta en Éibar con el desarrollo de una nueva gama para la que se prepararon tres modelos de claro aspecto ochentero. El primero de ellos fue el scooter Amiga, con grandes superficies carenadas de aspecto limpio y geométrico. El segundo iba a ser un motocarro del cual sólo hemos podido encontrar un boceto del propio Podadera y, en tercer lugar, un vehículo campero de tres ruedas que sería, precisamente, la Lambretta Tron.
Desgraciadamente, todo aquello quedó en fase de preserie. De hecho, aunque los diseños de Francisco Podadera eran de lo más atractivo la mecánica que se ocultaba bajo los mismos resultaba totalmente continuista para con los productos ya existentes en la antigua gama de Lambretta Locomociones S.A. Todo ello por la falta de recursos en la empresa, lo cual imposibilitaba el desarrollo de nuevos motores desde cero.
Con estos tres diseños a cargo de Francisco Podadera se esperaba resucitar la gama de Lambretta Locomociones, aunque finalmente nada de esto pudo salir adelante debido a la falta de capital
Y es que la situación era completamente desesperada, más aún desde que no sólo flaqueara Lambretta con la suspensión de pagos, sino también su socia Alfa. De esta manera, en 1985 – y con trabajadores de la antigua fábrica de Éibar – se fundó en Amurrio la empresa Orbar S.A. Justo la que encargó los diseños a Podadera tras hacerse con los derechos sobre el uso de la marca Lambretta. No obstante, las dificultades fueron tan grandes que, en 1989, finalmente esta aventura echó el cierre dejando a la Lambretta Tron y los otros dos diseños en la estacada. De todo aquello sólo sobrevivió Alfa, la cual sigue existiendo hoy en día habiendo cumplido más de un siglo dedicada al mundo de la metalurgia.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS