El MBK Mach G 50 llegaba a nuestro país en los primeros compases del año 2002, básicamente para complementar la gama de scooter en los 49 cc que, por aquel entonces, lideraba dentro de las filas de la marca el modelo Nitro, aún hoy vigente y máximo exponente deportivo dentro de su gama.
Con esta premisa la marca francesa, subsidiaria de la nipona Yamaha, ponía a disposición de sus clientes un ligero scooter de líneas suaves y tamaño contenido para los menos exigentes, que buscaran ante todo un vehículo cómodo dentro de la urbe, pero con las prestaciones suficientes como para poder afrontar pequeños trayectos interurbanos.
Para ello dotaba al ciclomotor Mach G del mismo propulsor que empleaba el Nitro, pero para la ocasión disponible en dos versiones, diferenciadas básicamente por el sistema de refrigeración que podia ser por aire o agua, como ocurría en el modelo del que derivaba.
En cualquiera de los casos, el pequeño propulsor monocilíndrico de 49 cc era capaz de mover con soltura los algo menos de 80 kilogramos que pesaba el MBK Mach G 50 en vacío, según datos de la propia marca, evidentemente con unas prestaciones mayores para la versión refrigerada por agua, pero que para nada hacían ensombrecer a la otra opción disponible también muy capaz y con una enérgica respuesta.
La francesa MBK completaba su gama de ciclomotores con el Mach G , que además disponía de dos variantes para quien prefiriera economía y sencillez mecánica por encima de las prestaciones puras
La parte ciclo la completaba un chasis tubular que albergaba al propulsor con el cilindro en posición horizontal, así como freno de disco en su frontal de 190 mm de diámetro y un tambor de 110 mm en el eje trasero, ambos anclados en llantas de 12 pulgadas calzadas con neumáticos 110/70 delante y 130/70 atrás, suficientes para poder detener al Mach G con todas las garantías.
Por otro lado, MBK recurría a los servicios de Paioli para equipar a su nuevo ciclomotor a nivel de suspensiones, siendo en este caso una horquilla convencional la encargada de hacer el trabajo en la parte delantera y un monoamortiguador colocado de forma lateral en el tren posterior.
El equipamiento del pequeño ciclomotor francés contaba de serie con un completo cuadro de instrumentos, donde encontrábamos un velocímetro con escala hasta los 80 km/h, así como un reloj digital y testigos luminosos varios, entre los que podíamos encontrar un chivato para avisarnos del nivel de gasolina bajo.
Con un precio de salida de 1.498 euros para la versión por aire, si queríamos optar por la variante con refrigeración líquida deberíamos pagar 1.725 euros, siendo este un 15 % más barato que el modelo Nitro, aunque como ya hemos comentado ambos compartían propulsor, siendo la filosofía algo distinta en cada uno de ellos.
Freno de disco delantero, horquilla delantera de buena calidad y un peso contenido eran las mejores bazas de este pequeño scooter urbano, en el que premiaba la practicidad por encima de otras cuestiones
Sea como fuere, y a lo largo de varios años, este modelo estuvo dentro de la gama de MBK disputando cuota de mercado con modelos de la competencia como el Aprilia Sonic, Yamaha Neo´s e infinidad de versiones dentro de las diferentes marcas del momento en el copado segmento de los ciclomotores ciudadanos de corte menos deportivo.
En la actualidad es bastante difícil encontrar unidades de este tipo de ciclomotores, básicamente por los años que han pasado desde que se comercializaron, además de que la mayoría caía en manos de chavales jóvenes que solían hacerle infinidad de tropelías y los sometían a trucajes varios, básicamente lo que hemos hecho todos… ¿no?
Calcula cuánto cuesta asegurar un MBK Mach G 50 con nuestro comparador de seguros.
J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS