Nada mas iniciarse los años sesenta, quedó perfectamente claro cómo las marcas de motocicletas ya no podían desenvolverse igual que antes. De hecho, la irrupción del automovilismo masivo las puso contra las cuerdas, arrastrando por los suelos el índice de ventas de lo que, hasta aquel momento, había sido su producto estrella: las turismo con octavo de litro. Así las cosas, incluso las marcas más continuistas empezaron a diversificar su gama de cara a lograr una mayor solvencia comercial. De esta manera, en OSSA decidieron ir más allá de sus 125 añadiendo monturas como la 160 o la 175 Sport.
De hecho, incluso en Sanglas – siempre definida por un esquema de diseño muy concreto – se lanzaron a la fabricación de modelos más sencillos y populares equipándolos con motores Hispano-Villiers o Zündapp. Con todo ello, a finales de los años sesenta vemos cómo quien logró adaptarse sobrevivió y, quien no, fue a parar a la lista de la primera gran purga de marcas en la historia del motociclismo ibérico. Un panorama bajo el cual destacó Bultaco, siendo la referencia con más facilidad para desplegar una oferta variada sin por ello desdibujar una fuerte identidad corporativa.
Gracias a ello, tras presentarse en 1959 con la Tralla 101 rápidamente se inició en el mundo del Off-Road con las Sherpa N y S al tiempo que incorporaba una opción turismo sin deportividad como la 155. Además, en 1961 lanzaba un modelo de acceso con la Mercurio. Desarrollada a partir del motor de la Tralla 101 pero rebajando la potencia y priorizando la sencillez de cara a lograr el mejor precio posible. De esta manera, nacía una de las sagas más perdurables en la historia de Bultaco, representando una opción sencilla para el día a día a través hasta siete variantes presentadas hasta el final de la casa catalana.
Desde el primer momento, Bultaco mostró una especial habilidad para adaptar unos mismos componentes a motocicletas muy diferentes para así cubrir una amplia gama
Bultaco Mercurio 155 GT, llegan los fuelles
Al examinar la evolución de las Bultaco Mercurio llama la atención cómo, aún con su larga trayectoria comercial, apenas experimentaban ciertas actualizaciones cada no pocos años. De hecho, esto representa un fuerte contraste respecto a lo interpretado por las monturas Off-Road, donde modelos como el Pursang contaban con una nueva generación cada año. No obstante, cuando entendemos la misión sobria y sencilla de las Mercurio todo esto adquiere una lógica clara. No en vano, éstas fueron unas motocicletas pensadas para no cumplir con más exigencias que las marcadas por el día a día.
No obstante, en 1963 Bultaco presentó una versión con 153,3 centímetros cúbicos llamada Mercurio 155. De esta manera, esta turismo fue ganando prestancia al tiempo que prestaciones, llegando a contar incluso con series de 175 y 200 centímetros cúbicos sólo disponibles en los mercados extranjeros. De todos modos, lo cierto es que en el mercado español la única actualización reseñable para la Bultaco Mercurio fue la presentada en 1966.
Debido a ello, ya al entrar los años setenta ésta era una motocicleta cuasi olvidada en la gama de la casa catalana. Más aún si tenemos en cuenta cómo, desde finales de la década anterior, Francisco Xavier Bultó había descuidado todo lo relacionado con el asfalto en nombre de potenciar su nombre dentro del lucrativo sector de las monturas de Cross, Enduro, Trail, Trial y Motocross. Sin embargo, lejos de cancelar la producción de las Bultaco Mercurio éstas recibieron una importante revisión en 1974 gracias a la Mercurio 155 GT.
Aunque pasaron años sin actualizar el modelo, en verdad la saga Mercurio estaba dirigida a un público que tampoco pedía determinados alarde en diseño o prestaciones
Respecto al chasis, éste apenas recibió más novedades que algunos refuerzos. Sin embargo, el motor – con 147 centímetros cúbicos y 11,7 CV a 5.600 revoluciones por minuto – se benefició de multitud de modificaciones con las que ponerse al día respecto al resto de la gama. Eso sí, siempre usando el mismo bloque ya empleado en la Mercurio 155 (Modelo 22) de 1966. Evidentemente, con el esquema monocilíndrico de dos tiempos. Ahora, si bien los cambios en la mecánica fueron poco radicales, todo lo referido al aspecto sí supuso un notorio salto a los nuevos tiempos. De esta forma, el depósito se hizo más plano al tiempo que el sillín recibió una forma más cómoda. Además, la caja de cambios añadió una marcha para sumar así hasta cinco. Todo ello al tiempo que el carácter limpio y eficiente de la Mercurio 155 GT se veía subrayado por la incorporación del protector de cadena con fuelles, cubriéndola por completo desde el cárter hasta el eje trasero. No obstante, si hay algo reconocible en este modelo es su color naranja. Al fin y al cabo, bastante llamativo cuando estamos hablando de lo que, en verdad, no deja de ser una sobria turismo de acceso a la gama.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.Buenas tardes, me podrían decir que ral lleva esta moto Mercurio 155gt
Buenas tardes igualmente. No contamos con ese dato pero le vamos a indicar las señas de alguien que seguramente lo tenga: Maurizio Gaudenzi. 666412363 / 667453510. Si no lo localiza entre en contacto con el Museo de la Moto Española en Alcalá de Henares. Son grandes conocedores sobre la historia d Bultaco; bien podrían contar con un documento de fábrica donde se mencione ese dato concreto. Salud y suerte.