La Moto Guzzi 65 es una motocicleta de récord. Y no, la referencia no es tanto a sus hazañas en materia de velocidad sino a sus logros en el mundo de las ventas. Algo que podría llamar la atención de algún aficionado, aunque seguramente no sea así de ponerse en la situación correcta. Por ello, vamos a irnos hasta la Italia inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial. Aquella en la que la industria se encontraba parcialmente bombardeada, mientras además de tener que hacer frente a un mercado empobrecido encontraba las dificultades propias de cualquier reconstrucción nacional.
Así las cosas, la deportividad había de ser relegada al segundo plano al mismo tiempo que se priorizaba el diseño de máquinas sencillas y efectivas. Justo las mismas que también se estaban ensamblando en Japón e incluso en España, destinadas a motorizar a la población con vehículos ligeros, de poco consumo y, no pocas veces, mixtos en lo que se refiere al uso familiar con el industrial. De esta manera, los ciclomotores vivieron su particular época dorada al ser accesibles a gran parte de la población. No obstante, en cuando el desarrollismo económico comenzó a cuajar los más de ellos fueron sustituidos por utilitarios como los FIAT 500 y 600.
Un contexto convulso donde el éxito comercial dependía de la capacidad de llegar a ser realmente masivo. Justo el punto donde la Moto Guzzi 65 acertó de pleno, habiendo llegado a ser la moto de pequeña cilindrada más vendida en toda Europa cuando dejó de comercializarse en Italia – la producción se extendió bajo licencia por más tiempo en otros lugares – en 1954. Concretamente su cadena de producción dejó atrás más de 70.000 unidades. Todo ello gracias a su sencillo y robusto monocilíndrico de dos tiempos con el cual poder realizar desplazamientos urbanos sin ningún problema.
Lo más interesante de su trabajo aerodinámico está en la forma y manera en la que ha de situarse el piloto, más en concreto sus rodillas
Moto Guzzi 65 Récord, dos vidas en una
De todos modos, hablando como estamos hablando de una Moto Guzzi las cosas no podían quedar en un estado tan sobrio y racional. Menos aún si hablamos de los años cuarenta, cuando a pesar de lo duro de las condiciones socioeconómicas todavía seguía siendo muy común entre los fabricantes italianos batir marcas mundiales de velocidad.
Usando para ello sus monturas más sencillas a través de transformaciones aerodinámicas con tanta fantasía como futurismo. Con ello lograban jugosas campañas publicitarias en lo que se podría llamar una intervención de “ propaganda por el hecho “, pero también dar salida a las ínfulas más deportivas de algunos de sus ingenieros. Llegados a este punto, una de las monturas que más destaca es la Moto Guzzi 65 Récord custodiada en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología de Milán.
Basada en un modelo mecánicamente de serie, las primeras apariciones las hizo con la misma cilindrada fijada en cualquier Moto Guzzi 65 de concesionario. Sin embargo, para 1948 se amplió hasta 73 centímetros cúbicos. Logrando así competir en la categoría correspondiente batiendo hasta 19 marcas relacionadas con la velocidad punta en Suiza y Monza.
Los récords de velocidad en las cilindradas inferiores contaban con el atractivo de generar monturas donde el ingenio tenía que suplir la falta de potencia dada por el motor
Todo ello gracias a la cuidadosa aerodinámica puesta en esta Moto Guzzi 65. Con las dos ruedas lenticulares, carenados por todos lado y, sobretodo, una posición muy particular para el piloto. La de rana, en la que las rodillas se apoyan en los soportes instalados en la parte superior de los laterales traseros. Además de la evolución en la cilindrada de su motor, esta motocicleta también tuvo un cambio drástico en su aspecto. Motivo por el cual la estás viendo en las fotografías bajo dos aspectos diferentes. Ahora mismo se mantiene en el que luce totalmente metalizado. Toda una joya de la mecánica italiana custodiada en un museo a la altura.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.porqueria de contexto de publicidad enmascaredo. cincuenta lineas hablando de records de velocidad y no te ponen cual fue la velocidad que alcanzo la moto.
no vale la pena leerlo. es publicidad para guzzi
Perico. Antes de nada gracias por haberte tomado la molestia de leer el artículo. El motivo por el cual no figuran las marcas es muy sencillo: el Museo Nacional de la Ciencia y la Tecnología de Milán – donde se custodia actualmente esta motocicleta como habrás podido ver en el texto – no ha podido facilitarlas pues, sencillamente, no las tiene. Tampoco es posible encontrar resultados en los archivos digitales de la FIM. El resultado de todo esto es la imposibilidad de ofrecer las marcas con la seguridad de que sean las ciertas y oficiales. Como podrás entender, es preferible… Leer más »