Sin duda, la historia de OSSA no se puede contar dejando a un lado su gama Off-Road. De hecho, ésta fue una de las más ricas en el panorama europeo, con éxitos evidentes tanto en lo comercial como en lo deportivo. Así las cosas, preguntarse cuál fue el comienzo de todo aquello tiene pleno sentido. De esta forma, lo cierto es que podemos ver modelos de OSSA preparados para rodar sobre tierra desde los años cincuenta. Es más, incluso desde el lejano 1952 podemos comprobar la presencia de un equipo de la marca en pruebas como el International Six Days. Todo ello a lomos de unidades preparadas a partir de la icónica 125.
Asimismo, a comienzos de los sesenta OSSA participó en un concurso del ejército español presentando una variante Cross de sus monturas de carretera. Sin embargo, todo aquello no dejaba de ser un conjunto de unidades ideadas para cuestiones tan concretas como variopintas. Llegados a este punto, lo cierto es que el primer diseño responsable de introducir a OSSA en el mundo comercial del Off-Road fue el de la 230 Scrambler. Presentada en el Salón de Milán 1965, esta motocicleta nacida desde cero para rodar sobre tierra inició un giro completo en la marcha de la casa catalana, evidenciando cómo estaban cambiando en ella las tornas desde unos meses antes.
No en vano, en 1964 Sandro Colombo dejaba de ser la referencia técnica en la marca tras la entrada del joven Eduardo Giró en el departamento de prototipos. Un hecho trascendental en la historia de OSSA pues, guiándose por su instinto comercial, aquel joven ingeniero orientó el potencial de la marca hacia el Off-Road y la competición. Además, también supo intuir a tiempo el enorme potencial representado por el mercado estadounidense, donde entregaría hasta tres cuartas partes de su producción a finales de los años sesenta.
La llegada de Eduardo Giró coincidió con el cese de la colaboración con Sandro Colombo, algo que actuó como una bisagra en la historia mecánica – y comercial – de la casa barcelonesa
OSSA 230 Scrambler, el inicio de las Off-Road en la marca
En 1965 OSSA sorprendió a propios y a extraños con la presentación de la 230 Scrambler. Un modelo que iba más allá de la simple adaptación de alguna de sus turismo – ya se habían hecho ensayos con las 175 GT y Sport – al ámbito del Cross. Dominada por un interesante aspecto donde destaca la adopción de un conjunto integrado de sillín y depósito, ésta motocicleta partía de un planteamiento ambiguo a medio camino entre el Cross y el Trial. Y es que, al fin y al cabo, OSSA estaba dando sus primeros pasos más allá del asfalto.
Definida por un motor monocilíndrico con dos tiempos evolucionado a partir de la mecánica diseñada por Sandro Colombo para la 160 de 1963, esta motocicleta podría llegar a rendir unos 24 CV. Y sí, utilizamos el condicional porque aquí entramos al ámbito de la especulación. No en vano, la OSSA 230 Scrambler de 1965 se presentó como un prototipo aún necesitado de bastante desarrollo, por lo que no tenemos a disposición una ficha técnica completa y veraz sobre el mismo.
Sin embargo, en 1967 se presentó la primera mecánica de la marca con 230 centímetros cúbicos en la 230 Sport de carretera evolucionada a partir de la 175 Sport de 1964. Una motocicleta que daba justo la potencia que antes señalábamos. De todos modos, conjeturas prestacionales aparte lo cierto es que la 230 Scrambler incorporaba un novedoso sistema de encendido electrónico con el cual se podían vadear ríos sin temor a que la chispa diera problemas. Algo que, por cierto, habla muy bien sobre los acabados de la motocicleta al poder conservar la estanqueidad de la mecánica.
Desde los años cincuenta OSSA ya estaba entrando con sus monturas a las pistas de tierra. No obstante, hasta la llegada de diseños como éste no se puede hablar de una verdadera intención comercial en lo referido al Off-Road
Llegados a este punto, la amplia labor de desarrollo experimentada por el prototipo de 1965 fue realizada por el mismísimo Mick Andrews. Fichado por los Giró en 1966 para, nada más estrenarse con esta montura, ganar el Trial de Reyes de 1967. A partir de aquí, el ahínco demostrado por Eduardo Giró fructificó cuando, en 1967, de aquel diseño presentado en Milán dos años antes salieron a los concesionarios tres modelos de serie. Hablamos de las OSSA Trial, Todoterreno y Motocross. Al fin, las puntas de lanza de lo que iba a ser la mayor revolución comercial en la historia de la casa catalana.
P.D A falta de más material gráfico disponible sobre el prototipo presentado en el Salón de Milán 1965, la única foto realmente coincidente con aquella unidad es la de cabecera.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS