Imagina que eres un adolescente de los 80. De aquella las mountain bike ni existían, y lo que verdaderamente molaba era tener una bicicleta de BMX, una California, y si era con suspensión central ya ni te cuento. Pero claro, eso era hasta que tenías 14 años, porque luego lo que querías era un ciclomotor. O no, porque podrías tener las dos cosas en una y se llamaba Peugeot MX Country.
Lo que pasa es que normalmente, cuando intentas crear algo que sea bueno en dos facetas, acabas creando algo que no es bueno ni en una cosa ni en la otra. Por ejemplo un coche anfibio, un coche-avión o sin irnos a algo tan radical, una trail que vaya bien en asfalto y tierra. O un SUV. Bueno, con ellos lo que han conseguido que no vayan bien en ningún lado, que era justo lo contrario, pero también tiene mérito.
Realmente puede parecer un ciclomotor creado en casa, pero se trataba realmente de un modelo real y comercial del que se hicieron entre 600 y 700 unidades, aproximadamente. Por eso hoy están muy cotizadas, sobre todo si se encuentran en buenas condiciones y son originales. Y eso es difícil tras pasar por las manos de adolescentes sin miedo a darse “toñas” por el monte o a modificarlas para ir más rápido.
El diseño para crear el Peugeot MX Country no fue extremadamente complicado: coger una bicicleta BMX, reforzar el cuadro, añadir un depósito de combustible e instalarle el motor del Peugeot 103, uno de los más longevos de la marca francesa. 49 cc, dos tiempos, refrigeración por aire y potencia que hoy en día debería estar por los 2 o 3 CV pero que en los 80, y delante de los amigos, rozaría las prestaciones que daba una de las motos de 500 cc de Gran Premio.
Ausencia total de suspensiones, frenos de tambor (todo un lujo en una bicicleta pero necesarios en un ciclomotor) y un sistema de transmisión doble como obligaba la normativa de homologación. Por un lado teníamos los pedales para la tracción animal personal y, por otro, el empuje del pequeño motor que mandaba la fuerza a la rueda trasera a través de una cadena, la cual terminaba en una corona de mayores dimensiones que la llanta de algún scooter actual.
Como os podréis imaginar, esto limitaba la velocidad máxima que podía alcanzar el Peugeot MX Country y que según hemos visto, a duras penas pasaba de 30 km/h. Insuficiente para circular por carretera, pero capaz de hacerte subir casi literalmente por una pared una vez llegado al descampado a las afueras del pueblo.
Realmente hoy no lo podrías usar casi en ningún lado, ni con el motor ni mucho menos con los pedales (calculo que pesará como una Gold Wing si lo intentas), pero por alguna extraña razón me han entrado las ganas de tener una. Menos mal que aquí no llegaron, pero es que Francia está tan cerca y las empresas de transporte funcionan tan bien…
En el foro de Auto.Caradisiac, de donde hemos obtenido las fotos de Neortic23, podéis ver el proceso de restauración de uno de estos curiosos Peugeot MX Country.
Ender
Japan Rules!!COMENTARIOS