Sencillo, económico y diseñado para circular por ciudad. El Peugeot Vivacity 125 salió al mercado en 2010, tras su presentación en Lisboa. El modelo en cuestión supuso una alternativa de mayor cilindrada a su versión en ciclomotor de 50 cc, lanzada dos años antes. El fabricante francés ofreció un vehículo a un precio moderado, de 1.849 euros, con unas prestaciones y diseño que convertían a este scooter en uno de las mejores opciones del mercado.
La razón de este buen precio se debió al socio chino de Peugeot. Qinngqi había participado en el desarrollo del Sum-Up, y Peugeot volvió a confiar en ellos para la adaptación a mayor cilindrada del Vivacity. Los chinos, bajo el estándar de producción europea, crearon un modelo que utilizaba el motor del Sum-Up en la carrocería del Vivacity 50. Esta fusión de modelos dio como resultado un scooter con unas prestaciones razonables con una estética propia de la casa francesa.
El Vivacity 125 se comercializaba como la opción de utilidad para el ciudadano mayor de 16 años que dispusiese del permiso A1 de circulación, además de los conductores con más de tres años de antigüedad en el permiso B. Con una potencia de 6,12 kW/8,3 CV a 7.500 RPM, este Peugeot era una buena inversión para evitar coger el coche, y para los que todavía no podían sacarse el carnet de conducir por su edad.
Este modelo no pasará a la historia como el scooter que revolucionó el mundo de las motos, sin embargo, su peso contenido (118 kg) y con una altura de 790 mm para el asiento hicieron del Vivacity 125 un vehículo ágil, fácil de utilizar y muy cómodo de aparcar y de conducir. Entre sus curiosidades prácticas, el Peugeot Vivacity 125 dispone de un espacio de doble hueco bajo el asiento. Es habitual que las motos dispongan de este espacio para guardar el casco, pero en el caso de la moto de hoy, también dispone de otro hueco en el escudo delantero para almacenar más pertenencias.
El asiento es cómodo, con una superficie densa y gruesa (5,5 cm) la poca distancia al suelo. El cuadro es simple, con un cuentakilómetros analógico y una pantalla digital. La distancia entre el pasajero y el manillar son adecuadas. Para aparcar, su pata de cabra se retira al levantar un poco el scooter, lo que hace que sea ágil moverse en pequeños recorridos. Es buena moto para cualquier altura, suficiente para que la persona alta no esté embotellada y suficiente para el que sea más bajo pueda manejarlo bien.
Destacar la sobriedad de su mecánica, especialmente de su motor de cuatro tiempos, refrigerado por aire y con distribución de dos válvulas, suficiente para alcanzar una velocidad máxima de 90 km/h. Lo normal es circular entre 30 km/h y 60 km/h, de ahí las limitaciones en su potencia, pero tiene un buen equilibrio en aceleración y control del vehículo. Razones que hacen que la conducción se adapte a cualquier tipo de piloto.
La mayor pega que se le puede poner al modelo es la potencia reducida, no supera los 100 km/h, y su mecánica tan básica hace que la conducción pueda llegar a ser demasiado monótona. A pesar de ello, la motillo tenía una buena respuesta en cuestas, sus frenos -el delantero de disco- responden adecuadamente.
También, cómo se demostró en su presentación en la capital portuguesa, la respuesta de la dirección y de la suspensión fueron correctas para los estándares de scooters urbanos. Peugeot planteó este modelo de forma que la sencillez de sus componentes mecánicos llamase la atención de los clientes, ya que una avería de este modelo era económicamente sencilla de solventar.
Estas características, unidas al consumo de 3,4 l/100 km, hacían del Vivacity 125 el modelo estrella de las scooters de la fábrica del león. Hay que tener en cuenta que esta moto nace del proyecto de Peugeot Scooters, que consistía en copar el mercado europeo de motos y ciclomotores a través de gamas y modelos para cada perfil de ciudadano.
En 2009, Peugeot contaba con 50 modelos de distintas gamas, y en Francia en el cómputo global de cilindradas fue la que más vendió. Hay que tener en cuenta que en esa difícil situación económica, en plena crisis global, la estrategia de Peugeot fue arriesgada. En el caso de la Vivacity 125, su relación calidad/precio hicieron de esta moto una apuesta segura y útil para el ciudadano que quería ahorrar en gasolina y en averías más serias.
La Peugeot e-Vivacity, totalmente eléctrica, apareció prácticamente a la vez; supuso la vuelta de Peugeot a las motos eléctricas después de aquel Peugeot Scoot’elec de mediados de los 90.
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Luis López
Me hice periodista para contar historias. Creo que lo más importante no es llegar a la meta, sino disfrutar del camino. Aprendiendo en espírituracer.comCOMENTARIOS