El Piaggio X10 125 tenía como objetivo recuperar el trono entre los mega scooter con motor de 125 centímetros cúbicos, que había ostentado el Piaggio X9 125 y que la marca había perdido, sencillamente, por haber dejado el segmento desatendido. El X9 abandonó el mercado en 2006, pero hicieron falta seis años para que pusieran en circulación el X10.
Los scooter son vehículos de lo más particulares. Son motocicletas, por el simple hecho de tener dos ruedas, manejarse con un manillar y uno un volante y llevan a sus ocupantes expuestos a la intemperie. Sin embargo, tener un scooter no te convierte en motero, sino en “conductor de scooter”. Sin embargo, los maxiscooter se ganaron un lugar en el mercado durante algún tiempo y abrieron la puerta a una evolución sumamente importante.
Fue entonces cuando apareció el Piaggio X9, el que se convirtiera en la referencia del segmento, el cual, tuvo en el Piaggio X10 su reemplazo. Un cambio muy notorio, tanto en diseño como en equipamiento y en pretensiones, pues con el Piaggio X10, la firma italiana buscaba ofrecer un scooter de auténtico lujo, la referencia en casi cualquier apartado que se pueda ocurrir analizar.
El segmento de los 125 es el que más ventas acapara a finales de cada año y Piaggio lo sabe, por eso, el X10 125 era un calco de sus hermanos mayores –350 y 500–, un detalle que se notaba en tamaño y en peso, pero también en calidad de fabricación –tanto en acabados como en calidad visual–, en capacidad de carga, confort de marcha y equipamiento. Era uno de los scooter con motor de 125 centímetros cúbicos más espectaculares.
Piaggio fue bastante lejos con el X10 125. Por ejemplo, tenía cosas como información sobre consumo instantáneo o autonomía restante, algo que no tenía ningún otro scooter, sin importar precio o cubicaje del motor. También tenía una rueda delantera con llanta de 15 pulgadas –la trasera era de 13 pulgadas–, acompañada de dos discos de freno de 280 milímetros, al tiempo que permitía guardar dos cascos integrales bajo el asiento –alcanzaba nada menos que 52 litros–.
La contrapartida de ser tan igual a sus hermanos mayores, el peso de 202 kilos, que influía en sus prestaciones. El motor, con culata de cuatro válvulas, inyección y bomba de agua eléctrica, movía todo el conjunto con soltura pero sin aspiraciones velocísticas de ninguna clase. La velocidad máxima, según velocímetros, era de 116 km/h, aunque algunas revistas registraron alrededor de 107/108 km/h reales. Las aceleraciones tampoco eran brillantes, aunque no se podían calificar de malas y tan solo la frenada, con sus dos discos delanteros, era de primer nivel.
Donde no podía competir el Piaggio X10 125 era en precio, pues allá por 2012, su tarifa podía subir hasta los 5.300 euros de la versión Executive.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS