Las marcas italianas no se lo pensaron dos veces para sacar lo mejor de sus modelos y darle una vuelta de tuerca, dándole un toque latino muy imponente. Este es el caso de la Piaggio X7 300 EVO, una moto versátil y revolucionaria, pero que a la par decidida en el momento de sacar su mayor versión. En ese sentido, y como viene siendo habitual dentro de un grupo de las dos ruedas como el Piaggio, no era de extrañar que unieran fuerzas y sacaran toda la información posible para hacer que sea un modelo imponente y con un precio mucho más asequible que sus rivales directos, por lo que pudieron hacerse un hueco en el mercado.
Este scooter, que guardaba una estética propia de fabricantes italianos, estaba diseñado especialmente para dar la mayor comodidad y estabilidad a todos sus usuarios gracias a un asiento amplio y acolchado, que permitían que todos los usuarios, sin tener en cuenta su talla, pudieran sentirse cómodos, sin ir apretados y con el hueco suficiente para las piernas. En ese sentido, y con la intención de que no se pudiera interponer nada por el camino, en Piaggio pensaron en potenciar su usabilidad, e incorporaron una gran pantalla, la cual permitía que el piloto fuera siempre bien protegido del viento a alta velocidad.
Conscientes de que era una moto que los usuarios emplearían para cualquier desplazamiento, decidieron incorporar el mismo motor que existía en la Vespa GTS 300, que tenía una cilindrada de 278 cc, 22 CV de potencia y podía lanzar al Piaggio X7 hasta una velocidad máxima de 130 km/h. En ese sentido, no importaba su excesivo peso, era una moto de gama alta capaz de ser práctica tanto dentro como fuera de la ciudad, con una gran polivalencia y versatilidad.
Cómodo, versátil y con un diseño que sin ser extremadamente bonito, al menos resultaba atractivo. Sin embargo, no fue el éxito que sí fueron sus hermanos, los Piaggio X8
Para hacerlo posible fueron a lo seguro, explotando la gran experiencia en el mundo de las dos ruedas –y en especial, de los scooter– para desarrollar un modelo que pudiera convertirse en la referencia del segmento. En ese sentido, buscaron tener una mayor respuesta del motor, consiguiendo una gran respuesta desde parado y en sus frenadas, al motor frenos potentes y dosificables. Inspirándose en la Yamaha X-Max, venía con un guardabarros delantero recortado en el cual quedaba al descubierto la propia horquilla. De este modo, viene con un especial trabajo en la parte del carenado con un voluminoso escudo, siempre sin perder la visibilidad de los usuarios.
Sin embargo, durante los primeros compases de comercialización, a los usuarios les costó entender realmente que era lo que proponían desde Piaggio y su introducción al mercado fue lento, pero finalmente sí tuvo su público. La Piaggio X7 300 EVO es una scooter que no se conforma con nada, y eso se notaba con una gran respuesta en todo tipo de situación.
Alejandro Delgado
COMENTARIOS