La Suzuki GSX 1200 Inazuma apareció en el mercado en 1998 como la variante “más grande” de la gama Inazuma. De esta forma, la Suzuki Inazuma contaba con tres opciones, aunque una de ellas nunca llegó a Europa. Por un lado, estaba la Suzuki Inazuma 400, solo disponible en Japón –allí, las 400 tenían un fortísimo mercado– y por otro, la única disponible en España, estaba la Inazuma 750, que vio como la 1200 completaba su oferta.
En ocasiones, cuesta un poco –un “poco mucho”, en realidad– entender a los usuarios, a la gente en general. Las motos naked, o roadster como también se las llama, son la opción “básica” en el mundo de las dos ruedas, la motocicleta más puro, si se nos permite el atrevimiento. Sin embargo, no cuentan con tantos seguidores como cabría esperar y, además, el éxito de un modelo sin carenado alguno siempre resulta llamativamente variable.
Ahí está el caso de la Suzuki Bandit, por ejemplo, un verdadero best seller a pesar de no haber sido nunca la moto más tecnológica ni más rápida del segmento. Es cierto que la fiabilidad, el precio e incluso el diseño de la Bandit fueron clave en su éxito, pero la Suzuki GSX 750 –así se conocía a la Inazuma 750 en Europa– era igual de buena e igual de atractiva visualmente y no contó con el éxito que se esperaba.
¿Qué podría conseguir la Inazuma 1200 que no logró la 750? En realidad, lo mismo, o incluso menos. La Suzuki GSX 1200 era un calco, al menos en cuanto a diseño, de la 750, y eso ya significaba tener un pequeño impedimento para triunfar. Aunque no se puede considerar fea –los gustos, siempre tan personales, ya se sabe–, se la consideró demasiado clásica de diseño y no llegó a calar entre los usuarios, aunque la Honda CB750 Seven Fifty era igual de clásica y tenía mucha mejor aceptación –Honda es siempre Honda, ¿vedad?–.
El poco éxito de la Suzuki GSX 1200 Inazuma se vio en su producción, la cual se detuvo en el 2002, apenas cuatro años en el mercado para una moto que podría haber aguantado una década sin grandes problemas. Y no era por falta de argumentos. Por ejemplo, el motor era el mismo que daba vida a la Suzuki Bandit 1200, pero se revisó y se adaptó a un uso diferente, con mayor entrega de par a bajo y medio régimen.
Mantenía los 1.157 centímetros cúbicos, así como la refrigeración aire-aceite. La cifra de potencia era de 100 CV a 8.500 revoluciones y el par ascendía hasta los 11,10 mkg a 3.900 revoluciones –poco más de 100 Nm–. Es evidente que era un motor con un rango de uso bastante amplio y, podríamos decir, tranquilo –el cambio de cinco relaciones también apuntaba a ese uso–, aunque no falto de fuerza, como bien se puede apreciar. La alimentación corría a cargo de cuatro carburadores, el depósito de combustible tenía capacidad para 18 litros y el peso de todo el conjunto era de 211 kilos.
Todo en la Inazuma 1200 estaba relacionado con la 750, como es obvio. El chasis era un doble cuna en tubo de acero, las suspensiones eran relativamente sencillas, con una horquilla convencional y dos amortiguadores traseras regulables en precarga, los frenos, con tres discos, eran suficientemente potentes…
La Suzuki GSX 1200 Inazuma no era una mala moto, simplemente, contaba con un diseño un tanto clásico y tenía frente a sí a motos como la mencionada Bandit.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS