La Suzuki GSX-R 750 es un mito que pervivirá en el recuerdo, y en los garajes de los usuarios, durante décadas. Sin embargo, las calles ya no tienen un lugar para la Gixxer 750, las Superbike mutaron hacia los 1.000 centímetros cúbicos y la “Siete y medio” se quedó en tierra de nadie, aunque como deportiva de producción, ofrecía un concepto y una cifras más que suficientes para cualquier usuario medio.
Desde que la firma japonesa lanzara la primera Gixxer 750, la evolución llevó al modelo por diferentes fases, cada una mejor que la anterior en cuestión de prestaciones y peso, que culminaron en el año 2000 con una de las generaciones más espectaculares y deseadas de la saga. No en balde, presentó uno de los mayores saltos en diseño, ingeniería y prestaciones, de todos los dados a lo largo de su historia. No se dejó nada al azar y el resultado fue espectacular y el despliegue de los medios para su cobertura fue más propio de un partido de fútbol de alto nivel.
El año 2000 vio llegar a la Suzuki GSX-R 750 Y –la Y no se ha usado nunca en la denominación comercial, pero es la designación interna de la generación–, una moto que, más que nunca, exprimía al máximo el concepto de “peso de 600, potencia de 1.000”. Aquella generación lo cambiaba todo, no tenía nada en común con las anteriores: era más ligera, más afilada, más potente y estaba mejor fabricada que nunca. Se notaba que Suzuki lo había dado todo en la que, por aquellos años, era su niña mimada a pesar de haber aparecido también la Suzuki GSX-R 1000 –K1–. De hecho, tanto la Gixxer 1.000, como la 750 y la 600, compartía diseño y a simple vista, costaba diferenciarlas unas de otras. Detalle, por cierto, que no gustó a todos los usuarios, sobre todo a conductores de la Gixxer “de litro”.
Por entonces, el mundial de Supebikes todavía mantenía la hegemonía de los motores de cuatro cilindros con 750 centímetros cúbicos –el cambio a los 1.000 centímetros cúbicos llegó en 2003– y la GSX-R 750 tenía su lógica en el catálogo de la firma japonesa. La aparición de la 1.000 se debía, en otras cosas, al éxito de la Yamaha R1 y a la Honda CBR900, aunque el cambio en el Mundial de Superbike también tuvo su peso en la aparición de la que fue una de las mejores deportivas “de litro” de cuantas se han desarrollado.
La Gixxer 750 Y se consideró como la Superbike más efectiva de su momento. Según cifras obtenidas por la revista Motociclismo, la Suzuki GSX-R 750 lanzada en el año 2000 pesaba 181 kilos verificados en vacío, y su motor rendía 143 CV 12.500 revoluciones. Motor que era el centro de la moto por sus prestaciones, un tradicional cuatro cilindros de 749 centímetros cúbicos anclado en un chasis doble viga fabricado con aluminio, que se completaba con suspensiones de calidad y frenos de primer nivel, aunque todavía no tenían anclaje radial.
Era una moto rápida. De nuevo, “tirando” de los datos de la revista Motociclismo, la velocidad máxima era de nada menos que 271 km/h –aunque el velocímetro marcaba 309 km/h–, completaba los 400 metros desde parado en 10,5 segundos y el kilómetro, también con salida parada, en 19,8 segundos.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS