La puesta en escena de la Suzuki SV650 fue todo un acierto por parte de la firma nipona. Era una motocicleta fácil de conducir, pero divertida, era barata, gastaba poco, se podía usar para todo… Así, es lógico que en 2003 se dieran un repaso con el que pulir detalles y superar a la primera edición en todos los apartados.

En realidad fue algo más que un repaso, pues ya a simple vista se podía apreciar que la moto no lucía igual, una sensación que se confirmaba cuando te subías a sus mandos. Mantenía los rasgos y la esencia de la primera edición, pero la Suzuki SV650 de 2003 se hizo un poco más agresiva, con trazos más contundentes, junto a un colín más afilado y con unas ópticas bastante interesantes. Mención especial para el grosor del asiento para el pasajero.

La esencia de la SV650 era la misma, pero Suzuki buscó avanzar un poco para poder hacer frente a unos rivales que cada día apretaban más. El motor, por ejemplo, era el mismo, un dos cilindros de 645 centímetros cúbicos refrigerado por líquido y cuatro válvulas por cilindro, pero se retocaban algunos apartados, como la CPU –nueva– o la inyección electrónica. SE redujeron vibraciones, se mejoró el tacto en el día a día y se rediseñó la curva de potencia y par.

El chasis, por su parte, nada tenía que ver con el anterior, era un desarrollo nuevo, más ligero y rígido, complementado por suspensiones sencillas pero de buen funcionamiento. Esto de las suspensiones sencillas es un tema muy característico de las motos japonesas, al menos en tiempos pasados, es como si no creyeran necesario poner elementos muy avanzados en un apartado del chasis que, en realidad, es vital.

Pero algo sabrían ellos que nosotros no, porque la revista Motociclismo, en el número 1.829, publicaba una prueba de la Suzuki SV650 de 2003 y terminaba diciendo que la renovada SV650 mantenía intactas sus buenas cualidades, con un carácter ciudadano innato, más fácil de conducir y en definitiva, mejor moto que la anterior Suzuki SV650.

No obstante, si buscamos algo más de información y nos empapamos bien de lo que decía Oscar Pena, la Suzuki SV650 era una moto más que buena para cualquier usuario medio, y que sí, que tiene suspensiones muy sencillas, pero con un tarado y un funcionamiento general que hacían de la SV650 una moto muy agradable de conducir y que otorgaba una enorme confianza a quien estaba a sus mandos. Además, la potencia del motor era suficiente para casi cualquier desplazamiento.

Según el banco de potencia de la revista, el motor rendía 71 CV a 8.700 revoluciones y un par de 6,6 mkg a 7.200 revoluciones. La velocidad máxima era ligeramente superior a los 200 km/h.