Moto del día: Triumph Tiger 100

Moto del día: Triumph Tiger 100

Además de fabricarse desde los años treinta hasta los setenta, ésta fue una de las monturas más emblemáticas de la marca


Tiempo de lectura: 3 min.

Posiblemente la Triumph Tiger 100 sea una de las motocicletas más resistentes de todos los tiempos. Eso sí, por resistente no sólo nos estamos refiriendo a dureza mecánica sino también, especialmente, a lo longevo de su producción. Expandida desde 1939 hasta 1973 contando sus últimas variantes, habiendo sobrevivido incluso al bombardeo de la fábrica donde se producía. Destruida por los aviones alemanes en 1940 durante los primeros meses de la Batalla de Inglaterra. Uno de los momentos en lo que más se puso a prueba la capacidad industrial británica, produciéndose importantes restricciones de acero y diversos metales para todo aquello que no fuera el esfuerzo de guerra.

En lo mecánico, la Triumph Tiger 100 seguía la estela de la Speed Twin. Lanzada al mercado tan sólo un año antes, inaugurando un tipo de motor bicilíndrico extremadamente efectivo para la época. A partir de aquí, el ingeniero y diseñador Edwar Turner continuó experimentando con las posibilidades del mismo, desarrollando una variante algo más deportiva con los clientes más enfocados a lo prestacional en la mirilla. De hecho, el nombre de Tiger 100 vino por la cantidad de millas a la hora que podía recorrer esta motocicleta, teniendo una destacable velocidad punta.

Así las cosas, Triumph organizó para la campaña de lanzamiento de la Tiger 100 una prueba en el circuito de Brooklands donde durante seis horas se rodó a una velocidad media de 126 kilómetros por hora. Altas velocidades que siempre formaron parte de la leyenda urbana con la que esta motocicleta se rodeó desde sus comienzos, volviendo a estar de actualidad cuando el mismísimo Bob Dylan sufrió un accidente a lomos de ella – en una versión SS – que el músico utilizó como excusa para emprender un deseado exilio de los escenarios por el tránsito de ocho años.

triumph tiger 100 (1)

Aunque evidentemente hubo cambios visuales durante sus más de tres décadas de vida – lo cual se ve en la horquilla o el sillín – la Tiger 100 estuvo inalterable en sus esquemas más básicos al menos en lo que se refiere a las variantes de gran serie

Triumph Tiger 100, diversas evoluciones

Con 498 centímetros cúbicos alimentados por un carburador monobloque para rendir 32 CV a 6.500 revoluciones por minuto, la Triumph tiger 100 fue un modelo prestacional desde sus orígenes. No obstante, experimentó ciertas novedades técnicas a lo largo de los años. Para empezar la horquilla telescópica con la que se dotó a su eje delantero inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial.

Además, hacia 1954 se añadió la suspensión trasera de brazo articulado. Respecto al cuadro éste se mantuvo inalterado en su estructura a pesar de que la Tiger 100 estuvo en fabricación hasta los años setenta. Quizás por ello, en sus últimos años daba a los conductores la sensación de ser demasiado alta para lo que debería ser una montura de medio litro en la época con la carretera – y ocasionalmente los circuitos – en la mirilla.

En lo referido a las versiones de carreras, la Triumph Tiger 100 aprovechó su potencial para desarrollar varias de ellas. Quizás la más llamativa fue, curiosamente, la última. Conocida como Tiger Daytona, apareció en 1967 para conmemorar la victoria de Buddy Elmore en el circuito de Daytona a una media de 155 kilómetros por hora.

triumph tiger 100 (3)

Potente y muy rápida, durante los años cincuenta y sesenta fue bastante popular en los circuitos americanos, llegando incluso a sobrevivir unos años a la llegada impetuosa de los motocicletas japonesas

Equipada con una nueva culata y dos carburadores, la Daytona modificó el rendimiento de su motor para priorizar una gran entrega de potencia a altas vueltas por encima de una curva progresiva de la misma desde un régimen bajo. Algo que fue necesario para plantar cara a las cada vez más veloces monturas japonesas en los circuitos americanos. Algo que, sin duda, será objeto de próximos artículos.

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Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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