Resulta muy curioso como la industria del motor española, tiene parte de sus raíces en la industria del motor italiana. Por un lado, el SEAT 600, vehículo del que se dice, motorizó al país entero –y en parte, se tiene razón– y, por otro lado, la llegada del Vespa, que a pesar de la industria de la moto que había en España, supuso un enorme cambio para los españoles de aquellos años. Es cierto que Francia también su granito de arena con los Citroën 2CV y los Renault 4/4, pero nada como el 600 y la Vespa.
De hecho, la Vespa llegó a España como lo hizo el famoso modelo de SEAT, para ofrecer a los ciudadanos un vehículo económico, sencillo y versátil, y lo hizo antes de que llegará el Pelotilla y arrasara con todo lo que había a su paso. La Vespa llegó a España a comienzos de la década de los 50, concretamente en 1953 –cuatro años antes que el SEAT 600– y no lo tuvo nada fácil, pues el gobierno de entonces, con el General Franco a la cabeza, no quería que una moto como la Vespa circulara por España, pues se trataba de un producto muy fuerte que podría poner en dificultades a las empresas españolas, donde hay muchos intereses involucrados –muchos empresarios bien posicionados con el régimen, tenían intereses en la industria de la moto española–.
Espartaco Boldori, que en aquellos años era representante de FIAT en España y amigo personal de Enrico Piaggio, comenzó a trabajar para que la Vespa comenzara a rodar por las maltrechas carreteras españolas. Como cabe esperar, se encontró con muchos problemas, como el Marqués de Huétor de Santillán, primo de Francisco Franco, quien se mostró muy contrario a importar nada. Pero no importar nada a España, no significa no estar en España, solo había que fabricar el modelo dentro de las fronteras y gracias a esa idea, nació Moto Vespa S.A., situada en Ciudad Lineal, en Madrid.
De allí salió la Vespa 125 CE, la primera Vespa fabricada en España, que contaba con asiento monoplaza, el faro en el guardabarros y estaba pintada de color verde. Aquella moto se fabricaba de forma casi artesanal, pero su éxito fue tal, que se pasó de fabricar ocho unidades diarias con 20 operarios, a montar 20 Vespa al día y a más de 400 operarios en solo dos años.
Tres años después, la Vespa 125 CE sufre algunos cambios. El faro pasa a colocarse en el manillar y el asiento se vuelve biplaza, al tiempo que se revisa el motor para mejorar la fiabilidad y el tacto de conducción.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS