Una de las cuestiones más interesantes en la historia de la industria italiana es su capacidad para expandirse a nivel internacional. Una expansión que no sólo hizo a golpe de estilo y cualidades técnicas, sino también con la inteligencia empresarial por bandera. No en vano, y con permiso de los británicos, los italianos fueron protagonistas en la popularización de la fórmula basada en la fabricación bajo licencia.

Así las cosas, desde FIAT hasta Piaggio pasando por la propia Lambretta muchas de las empresas transalpinas supieron llegar a pactos y acuerdos con diversos consorcios locales. Gracias a ello, sus vehículos pudieron ensamblarse -bajo distintas denominaciones comerciales- en multitud de países, siendo especialmente notoria su presencia en los hispanohablantes. Es más, así como no se puede entender la motorización en España sin FIAT -ahí está el arranque de SEAT para demostrarlo- esta marca también resulta clave en el caso de Argentina.

Asimismo, en el ámbito de las motocicletas fue Lambretta la que más importancia tuvo al hablar del país sudamericano. Y es que, no en vano, a finales de los cincuenta fue la proveedora tecnológica, la socia en diseño, para el establecimiento de Siambretta al asociarse con la local SIAM. Una empresa que, dicho sea de paso, llegó a ser en su momento la más potente del país con hasta 15.000 empleados enfocados a diversas cuestiones relacionadas con el metal.

La producción bajo licencia fue una fórmula con la que las empresas italianas lograron llevar su tecnología a lo largo y ancho del mundo

Siambretta 175, un paso más allá

Con una gran componente de elementos importados, las primeras Siambretta entraban con fuerza al mercado argentino exhibiendo las cualidades del scooter italiano como aliadas en el día a día de la ciudad. Todo ello con motores de 125 centímetros cúbicos; de potencia suficiente para abarcar ciertos desplazamientos interurbanos.

Ahora, al poco tiempo se dieron dos fenómenos en la trayectoria de la marca. Para empezar, la gama tendría que ampliarse abarcando más segmentos de mercado. En ese sentido, mientras por debajo lo hacía con un velomotor de 48 centímetros cúbicos, por arriba lo hacía con una scooter de 150 centímetros cúbicos. La 150 LD. Asimismo, en segundo lugar destacaba cómo en la fabricación de las Siambretta locales cada vez iban apareciendo más y más elementos de factura local en vez de importada.

Gracias a esta motocicleta se amplió la oferta del fabricante hacia cilindradas más generosas que la 125 del primer modelo

En primer lugar los carburadores -prescindiendo de tener que importar desde Italia los famosos Dell’Orto- pero, al tiempo, también los cuadros. De hecho, a partir de esto último es de donde hemos de comprender a la Siambretta 175 TV. Como ya se ve en su propia nomenclatura, nuevo escalón de potencia en la gama subiendo la cilindrada en 25 centímetros cúbicos más. Además, en su fabricación, como indicábamos, se fueron sumando cada vez más piezas de factura local según avanzaba la producción. En fin, sin duda un asentamiento comercial completo para Siambretta.