La Vespa LXV 125 es un modelo que, cuando se lanzó al mercado en 2006, buscaba homenajear la historia de la misma marca y la del modelo, que básicamente son lo mismo. La Vespa nació bajo el paraguas de Piaggio, pero acabó por recorrer un camino paralelo, pero separado, aunque siempre de la mano. No en balde, Vespa sigue siendo un modelo de Piaggio, que se comercializa gracias a Piaggio y que usa tecnología de Piaggio.
Si echamos un vistazo atrás, la historia de la Vespa es interesante, aunque resulta ser casi igual a la de otros productos coetáneos, ya sean con dos o cuatro ruedas. La idea era crear un vehículo barato, sencillo de conducir, con algunas peculiaridades, como el escudo frontal o la plataforma para los pies, que tenía el objetivo de proteger a su conductor de la suciedad de las carreteras y que, tras cumplir con sus obligaciones, se ha convertido en un objeto de culto, nada barato y con un claro talante “de nicho”. Se puede resumir diciendo: quien se compra una Vespa no busca un vehículo sencillo y económico, busca una Vespa.
Esa tendencia hacia el ejemplo a seguir, hacia la forma de vida más que el simple uso de un vehículo de dos ruedas, se ve claramente en la forma de trabajar de la marca, en su publicidad y en sus modelos, como la Vespa LXV 125. Esta versión nació como homenaje al nacimiento de la marca y su denominación así lo aclaraba, pero siempre que supieras mirar. Las dos primeras letras, LX, son números romanos e identifican el número 60, mientras que la V hacía referencia a la palabra Vintage. Con esto se pretendía rendir homenaje, al mismo tiempo, a las primeras Vespa con sillín monoplaza, las cuales, contaban con un pequeño cojín para el acompañante.

La Vespa LXV 125 buscaba ofrecer esa imagen de “moto vieja”, pero con el estilo que se desarrolló durante la primera década de los 2000. Montaba un asiento dividido, que imitaba a los primeros modelos de Vespa. El manillar no estaba carenado, pues la Vespa llevó el manillar al descubierto durante muchos años. El faro, puesto como si fuera un apósito añadido a posteriori, también buscaba hacer un guiño a los primeros modelos, que llevaban el faro fuera de la carrocería.
El motor era el monocilíndrico Leader de Piaggio, que contaba con refrigeración por aire y empleaba un carburador para la alimentación –un par de año después, más o menos, se añadió la inyección de combustible–. Con 125 centímetros cúbicos, rendía 19,3 CV y cumplía la Euro 3, pudiendo mover con cierta solvencia los 122 kilos que pesaba el conjunto. No obstante, con llantas de 11 pulgadas delante y 10 pulgadas detrás, la Vespa LXV 125 tenía su terreno de juego en las atestadas calles de las urbes.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS