El Yamaha Aerox es, muy posiblemente, el scooter más deseado de finales de los 90. O, como poco, uno de los más deseados. Su diseño gritaba deportividad, la postura al volante reafirmaba esa sensación y la marca potenciaba su deportividad con toda clase de cosas: decoraciones, publicidad, presencia en los paddock del Mundial de Velocidad –que por entonces todavía usaban los motores 500 2T–… El Yamaha Aerox era la R1 de los scooter.
Aparecido a finales de los 90, el Aerox era el simple reflejo de lo que se vivía en aquellos años en el segmento de los ciclomotores, que a su vez, era un reflejo de lo que ocurría en segmentos superiores: la deportividad había tomado el control: Piaggio NRG, Gilera Runner, Peugeot Speedfight… Una generación de scooter con una notable carga pasional, aunque en el caso del NRG, por ejemplo, todavía guardaba algo de versatilidad.
Yamaha no le dio practicidad al Aerox, le dio imagen muy agresiva, tanto como al postura de conducción. Solo echa un vistazo a la moto. ¿Dónde está el asiento trasero? Es esa pieza negra donde también está el tapón de llenado del depósito, ahí es donde se sentaba un hipotético acompañante, como en una verdadera “RR”. Y no solo eso, tampoco había mucho espacio bajo el asiento.
Bajo la carrocería se escondía el incombustible motor Minarelli horizontal de 49 cc, sencillo, fiable y perfecto para las preparaciones. Fue el punto de partida de una auténtica fiebre: variadores, escapes, kits… el Aerox se convirtió en el icono del tuning scooter y en el objeto de deseo de toda una generación –se podían hacer auténticas barbaridades–.
La potencia, como casi todos los scooter de aquellos años, rondaría entre los 3 y los 5 CV, aunque a base de piezas –y de dinero– se podía llegar a rondar los 12 CV o incluso 15 CV, unas cifras que podemos considerar muy serias para un scooter como el Aerox.
Hoy, más de dos décadas después, aquel espíritu sigue vivo. Yamaha mantiene el nombre en modelos como el Aerox 155, fabricado en India y vendido en distintos mercados, que recupera el diseño agresivo y la idea original: un scooter que no se conforma con ser práctico; quiere emocionar, aunque tambíen es justo reconocer que no tiene el aura del Aerox original, el cual, se fabricó hasta nada menos que 2013 y contó con una gran variedad de decoraciones e incluso de ediciones especiales, todas, por lo general, con decoraciones inspiradas en las motos del Mundial de Velocidad.
El Aerox fue un verdadero éxito de ventas y eso que no era barata, rondaba las 300.000 pesetas, que a finales de los 90 era una pasta, el equivalente, con IPC incluido, a 3.405 euros de 2025. ¡Y es un scooter “de 50”, no un 125!


Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS