Hubo un momento en el que Yamaha quiso estar a la altura de sus rivales en mundo de la competición de la mano de las motos derivadas de serie. Este es el caso de la Yamaha YZF-R6, una moto que se lanzó en 1999, pero no fue hasta el 2003 cuando se incorporó uno de los cambios más significativos: la inyección de combustible, lo permitió un mejor rendimiento del motor. Además, llegó un mayor enfoque al uso en pista, un paso previo a la radicalización progresiva del segmento Supersport.
Desde que se introdujesen esos cambios, la YZR-R6 fue esa moto que podía personificar los años de gloria de la firma. Para hacerlo posible, en Yamaha hicieron un motor prácticamente nuevo, cambiando por completo su configuración. En ese sentido, venía con pistones forjados que eran más ligeros y resistentes, introduciendo una mayor elevación en las levas, lo que hacía que la mezcla de combustible y aire fuese más homogénea, lo que se traducía en mayor potencia. Y es que en esos cambios que hicieron, uno de los más importantes fue la aplicación de un cilindro de recubrimiento que reducía la fricción y permitía un mayor régimen de giro.
En medio de esa locura, la YZF-R6 se adentró rápidamente en la historia de las motos de mediana cilindrada gracias a una reestructuración interna muy bien valorada. En ese sentido, la ambición nipona hizo que los usuarios la reclamasen con más ganas, especialmente por su gran velocidad y su comportamiento en conducción deportiva, siendo una Supersport muy cotizada.
Aunque no lo parezca, la Yamaha R6 lanzada en 2003 era la segunda renovación de la Supersport de los diapasones
En Yamaha estaban tan asombrados por su nuevo juguete que lo primero que hicieron fue probar el motor en el banco de pruebas hasta reventarlo y eso fue lo que les hizo ver que tenían una de las motos más poderosas que se recuerdan. A todo ello, diseñaron un chasis Deltabox, el cual cambió por completo su proceso de producción, estando únicamente soldado por dos partes gracias a un sistema de fundición a presión desarrollado por la propia marca, que permitía eliminar ciertos problemas que general trabajar con aluminio –como pequeñas bolsas de aire y gas que afectan a la rigidez de la estructura–.
Esta Supersport de 600cc y de 123 CV, no triunfo en el país del sol naciente, pero sí en el viejo continente. En ese sentido, los japoneses se europeizaban poco a poco, creando una moto que era capaz de hacerle frente a cualquier situación, con un gran trabajo aerodinámico en el que se priorizó el usuario final, ya sea como moto de tu día a día o bien como una moto específica de competición.
En este caso, la Yamaha YZF-R6 se convirtió en la primera moto moderna de los japoneses dentro del segmento de media cilindrada y es que pretendían seguir haciendo la vida imposible a la casi intocable Honda CBR 600, tal y como ocurrió con la primera entrega de la R6.
Alejandro Delgado
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