La electrónica, un elemento que no gusta a todos los usuarios, ha permitido una evolución notable de todos los modelos disponibles actualmente. Por ejemplo, es posible que los fabricantes nunca se habrían atrevido a desarrollar máquinas con más de 200 CV para vías públicas si no hubiera sistemas de asistencia a la conducción, pero al mismo tiempo, ha permitido que los motores sean más eficientes y que las motos, por lo general, sean más seguras.

Ese ámbito, el de la seguridad, es uno de los que más inversión se está llevando actualmente, con el objetivo de reducir todo lo posible los siniestros. Es cierto que no siempre se pueden salvar los accidentes, sobre todo cuando hay muchos factores externos implicados, pero todo lo que ayude a reducirlos es bienvenido. No obstante, no está de más recordar que los sistemas de asistencia a la conducción, sin una buena formación, no sirven de gran cosa. Ayudan, sí, pero no son milagrosos.

Pero dejando estos temas un poco a un lado, nos vamos a centrar en los informes que llegan desde Honda y un sistema que está actualmente en desarrollo, que viene a ser un asistente de mantenimiento de carril como el que tienen los coches actuales. El mundo de las cuatro ruedas en prolífico en sistemas electrónicos de asistencia a la conducción, los hay de todos los tipos (algunos de ellos totalmente prescindibles, por cierto), pero que no están presentes en el segmento de las dos ruedas. Adaptar ciertos sistemas a una moto no es tan sencillo como puede parecer, además que los motoristas no son como los automovilistas, pues la mayoría de ellos consideran el coche como una simple herramienta y un motero nunca pensará en su moto de tal forma y siempre querrá “sentir” su montura y conocer casi al detalle todo lo que ocurre.

Eso, precisamente, es el principal problema para adaptar los asientes electrónicos, ya que interfieren en las acciones de quien está a los mandos y no es algo que sea bienvenido. Aun así, las motos actuales son un compendio tecnológico espectacular, cargadas de sensores y actuadores y hasta cámaras, o sistemas como el IMU. Precisamente, una carga tecnológica que Honda está aprovechando para desarrollar su asistente de mantenimiento de carril, el cual han denominado como LKAS por sus siglas en inglés, que, al parecer, tendrá un funcionamiento muy sutil y por defecto, tendrá tendencia a ceder siempre las decisiones a quien está a los mandos de la moto a la mínima señal de conflicto. Es decir, si el sistema corrige la trayectoria, pero el conductor sigue manteniendo su decisión, el sistema suspende su actuación sobre la dirección para que el conductor pueda seguir con la conducción.

Según las patentes que se han publicado, el sistema de asistencia a la dirección, el llamado “LKAS”, se basa en un amortiguador de dirección de control electrónico colocado en el chasis y a la tija superior, que funciona basándose en la información que llega desde un sensor de par magnetoestrictivo, para medir la fuerza que se ejerce sobre las barras de la horquilla y distinguirla, por ejemplo, de las fuerzas causadas por un bache. Así, podrá discernir entre las fuerzas que ejerce el conductor y los movimientos involuntarios. También hay una cámara que lee las líneas de la carretera, para saber si se está saliendo del carril, en cuyo caso, se envía una señal a la gestión electrónica para que actúe sobre la dirección aplicando una ligera resistencia, una pequeña cantidad de fuerza en sentido contrario al movimiento del manillar. Si el sensor capta que el movimiento es intencionado, se desconecta devolviendo el control al conductor.

Todavía no se sabe cuándo llegará a producción, pero viendo las patentes, su aplicación en diferentes modelos parece extremadamente sencilla.