Montesa trae a España el Clausor, un avance en materia antirrobo

Montesa trae a España el Clausor, un avance en materia antirrobo

Presente en multitud de motocicletas clásicas, el sistema Clausor llegó a España de la mano de Montesa.


Tiempo de lectura: 3 min.

De forma pionera en el contexto de los fabricantes peninsulares, Montesa empezó a experimentar con las posibilidades comerciales brindadas por la exportación a otros mercados. De esta manera, la presentación de las Brío 80/55 y 90 se realizó en Londres durante el año 1955. Justo a los diez años de la fundación de la casa catalana, exhibiendo así la capacidad mostrada por la misma a la hora de llegar al mercado motociclista más puntero en la Europa de aquellos años.

En este sentido, aquellas monturas ofrecían comodidad y eficiencia para el día a día, teniendo como pieza principal el monocilíndrico con dos tiempos diseñado por Francisco Xavier Bultó para presidir el desarrollo de la saga Brío. Además, se incluían de serie elementos como el velocímetro integrado en la parte superior del faro o incluso un asiento más cómodo, apto para dos personas. Una cierta gama de innovaciones en materia de equipamiento a la cual se sumaba la adopción del Clausor.

Un sistema de seguridad mediante el cual se podía inmovilizar fácilmente la motocicleta, haciendo más difíciles los robos basados en el encender y salir pitando. No obstante, y dado que estas máquinas pesaban poco más de 75 kilos, lo cierto es que muchas veces el robo se hacía a pulso. En fin, algo que incluso sigue pasando hoy en día cuando los cacos van provistos de furgoneta. De todos modos, estrategias delictivas aparte lo cierto es que el Clausor era todo un avance para el uso diario de la motocicleta. De hecho, enseguida fue incorporado no sólo al resto de la gama de Montesa sino también a multitud de modelos fabricados por marcas españolas. Ahora, ¿cómo ocurrió semejante operación comercial?

Aquel sistema antirrobo se hizo muy popular, siendo gestionado a través de una empresa diferente a la propia Montesa

Compañía Clausor, la llegada del antirrobo

Algunas de las operaciones comerciales más rentables de la historia se han iniciado por pura casualidad. Por ejemplo, en 1950 se encontraron sin cita previa Ferdinand Porsche y Max Hoffman en el Salón de París. El primero contaba con una gama basada en el ligero 356 y, el segundo, empezaba a importar con éxito automóviles europeos a través del puerto de Nueva York. Sin demasiadas expectativas por parte del primero, ambas partes firmaron un acuerdo para introducir a Porsche en el mercado estadounidense. No muchos años después, la casa de Sttutgart exportaba allí las tres cuartas partes de su producción.

Una historia similar en inicio a la interpretada por Pere Permanyer y Abraham Neiman en la Feria de Ginebra. Lugar donde la mente empresarial de Montesa conoció al inventor del Clausor, interpretando desde el primer momento una provechosa relación comercial. En primer lugar, Permanyer le compró los derechos de uso del Clausor para sus motocicletas. Algo que, como hemos visto, se empezó a aplicar en 1955.

montesa clausor (2)

Dentro del panorama motociclista nunca hay que perder de vista la importancia de la industria auxiliar con componentes como el Clausor

Pero es que, además, se amplió el uso de la patente a todo el mercado español mediante la creación en 1956 de la empresa Compañía Clausor. Una industria auxiliar centrada en sistemas de seguridad que, participada por Permanyer, facilitó la adquisición de este sistema al resto de fabricantes españoles. Es más, aquella empresa no sólo llegó a ser especialmente rentable sino también bastante duradera. Eso sí, en 1988, después de haberse dado la absorción de Montesa por parte de Honda, ésta fue participada en un 80 % por la francesa Valéo. En fin, tiempos en los que las finanzas internacionales acentuaron el ritmo frenético de la globalización.

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Sobre mí

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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