Pope Manufacturing Co. fue un fabricante de motocicletas de gran éxito bajo el estandarte de Columbia (EEUU), el cual produjo sus modelos de forma intermitente desde 1902 hasta que su posición en el mercado global de motocicletas cambió drásticamente en 1912 (para bien) y acabó apenas seis años después. Aún así, la empresa en sí nació en 1876 fabricando pistolas de aire comprimido y cigarrillos, lo que denota en sus fundadores cierta pasión por la diversión.
Albert Pope fue el fundador de la compañía, con su padre Charles Pope proporcionando algunos fondos, y su primo Edward Pope obteniendo algunas acciones también. La compañía importó algunas bicicletas de Inglaterra para su reventa en los Estados Unidos que, posteriormente, acabaría con la fabricación de sus propios biciclos. Instaurada ya como Pope Manufacturing Company, la empresa cambió su enfoque a bicis de pedales y Albert demostró una perspicacia comercial notable comprando tantas patentes relacionadas con motocicletas como pudo tener en sus manos.
Albert Pope obligó a su competencia a pagarle regalías múltiples por cada motocicleta que vendía
No fue hasta 1902 cuando Pope comenzó a fabricar sus propias bicicletas motorizadas, una de las primeras marcas en hacerlo en Estados Unidos. Indian nació el mismo año y Harley-Davidson en 1903. Entre 1902 y 1918 se construyeron tanto modelos con motor de un solo cilindro como V-Twins, siendo 1912 un año de inflexión por introducir los “primeros” motores con válvulas de cabeza hueca en ambas disposiciones mecánicas. Digo “primeros”, porque los pioneros en introducir el sistema OHV fueron Hildebrand y Wolfmuller en 1896, pero no se popularizó hasta doce años después.
Partiendo de la plataforma de la bicilíndrica Model L (la más rápida del mundo en 1912 con 112,6 km/h), se lanzó la Model K. La Popel Model K posee un cilindro de hierro con cabezal separado y válvulas de acero bañadas en níquel de 500 cc. Las válvulas de admisión y de escape eran intercambiables. El árbol de levas y las bielas de rodamiento también estaban hechas de acero “al níquel”, los cojinetes principales eran de bronce fosforado y la guinda del pastel la pone un carburador Schebler para alimentar de gasolina el motor, mientras que un magneto de Bosch proporcionaba la chispa necesaria para arrancar. El resultado eran unos 4 CV, nada despreciable para la época.
Caracterizadas por un elevado nivel de calidad de componentes y de fabricación, en combinación con un mercado abarrotado y una base de consumidores centrados más en el costo que en la calidad, los costos resultaron ser demasiado altos y la empresa cayó en bancarrota. En el presente, son modelos muy valorados por los coleccionistas y entusiastas por su excelente ingeniería y fiabilidad. Steve McQueen tuvo la suya (la de las imágenes) y fue subastada el pasado año a un precio superior a 100.000 dólares.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS