Moto del día: Suzuki Intruder M1800R

Moto del día: Suzuki Intruder M1800R

Un "muscular bike" con 160 Nm de par


Tiempo de lectura: 3 min.

La Suzuki Intruder M1800R era, cuando se lanzó al mercado, la custom más salvaje de la firma nipona. Y salvaje no porque fuera rápida, que lo era –para ser una custom–, sino porque era una moto enorme, con un motor enorme y un aspecto impactante, poco común en aquel momento para una moto de la categoría. Cabe recordar que hablamos de una moto aparecida en 2006.

Bajo el nombre de Intruder M1800R la conocimos en Europa y algún mercado más, mientras que en otros lugares, la moto se conocía como Suzuki Boulevard M109R o Susuki VZR1800. Es algo bastante común entre los fabricantes japoneses, que le dan un nombre específico a sus productos, en función del mercado al que van dirigidos. Hay cambios de detalle en cada versión, necesarios para contentar a los usuarios de cada región y para cumplir normativas, pero la moto es exactamente la misma.

Una de las cosas que más destacaba de la M1800R, era su estética, a medio camino entre custom clásica y custom futurista, su notable tamaño –era una moto enorme– y, por supuesto, su motor, con dos cilindros en V, como mandan los cánones custom. Un V-Twin de aluminio forjado con los cilindros a 54º, culata de cuatro válvulas por cilindro, refrigeración líquida y dos cilindros tan grandes como la propia moto: 891,5 centímetros cúbicos cada uno, es decir, 1.783 centímetros cúbicos de poderío. Además, no era un motor percherón, como suelen ser los motores custon, este tenía potencia: 125 CV a 6.200 revoluciones, aunque como cabe esperar, con un par descomunal: 160 Nm a 3.200 revoluciones.

Suzuki Intruder M1800R 2

Este propulsor incorpora el sistema de inyección de combustible de la casa SDTV (Suzuki Dual Throttle Valve). Gracias a este, una segunda mariposa controlada electrónicamente gestiona de la forma más eficiente la entrada de combustible a las cámaras, ofreciendo una respuesta suave, aunque demos gas de forma repentina a bajo régimen. Los frenos, directamente tomados de la GSX-R1000, cumplen a la perfección con pinzas de cuatro pistones opuestos y anclaje radial, y discos de 310 mm.

Un propulsor a juego con una moto que medía, de largo, 2.485 mm. Por supuesto, no es ligera, Suzuki anunciaba 315 kilos. El neumático trasero de 240 mm de sección (240/40 R18) es otro elemento que va en consonancia con el tamaño y las pretensiones de la moto.

El manejo de semejante custom es más sencillo de lo que puede parecer a tenor de sus dimensiones, al menos si nos fijamos en las pruebas estadounidenses, acostumbrados a tener entre manos máquinas de semejante porte. La entrega de potencia del motor se tildó de suave y fácil de gestionar –algo importante por el nivel de par que se anunciaba–, pero también era contundente.

Obviamente, las curvas, cuanto más amplias, mejor. La suzuki Intruder M1800R era una moto autopistas y de carreteras con trazado abierto, donde dar rienda suelta al motor de dos pistones y disfrutar de los altos niveles de par.

COMPARTE
Sobre mí

Luis Blázquez

Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.

COMENTARIOS

avatar
2000
  Suscribir  
Notificar de


NUESTRO EQUIPO

Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.

Alejandro Delgado