En el comienzo de la década de los 80 el ciclomotor no pasaba por su mejor época y aún así, las marcas se esforzaban por mantener vivo un segmento donde cada vez se diversificaba más y en el cual hacían aparición nuevos modelos, ya fueran de carretera, campo o automáticos, como la recién estrenada Derbi Variant.
La marca española además había estrenado una versión de su Sport Coppa en los 49 cc y tenía como representante dentro del segmento de campo a las Diablo, aunque esta última empezaba a quedar algo rezagada respecto a sus rivales, por lo que la firma de Martorelles optaba por renovar el modelo y presentaba en 1981 esta Derbi Yumbo CX.
Para ello Derbi decidía emplear el propulsor de 49 cc proveniente de la Sport Coppa de carretera, el cual contaba con un cambio de 4 velocidades adaptado a un nuevo kit de transmisión acorde a la Yumbo CX y su utilización, en este caso orientada a una conducción off road.
La Derbi Yumbo CX era la opción que la marca española empleaba para darle el relevo a las veteranas Diablo, además de emplear en ella el propulsor de la Sport Coppa
Aquel monocilíndrico refrigerado por aire era capaz de alcanzar una potencia de 2,85 CV a 8.000 RPM y una velocidad máxima limitada a 40 Km/h, para así respetar la legislación española vigente en aquel momento, aunque dada la filosofía de este ciclomotor no serían las prestaciones puras las que buscarían sus nuevos pilotos.
El chasis, por su parte, era un doble cuna que venía pintado de negro y que junto a la decoración específica de aquel modelo en naranja, formaban una buena combinación visualmente. En su interior quedaba anclado el pequeño propulsor, y de este emergía un sistema de escape tipo bufanda que terminaba con un silencioso saliendo por su parte superior.
Curiosamente a marca tuvo la idea de fabricar la caja de herramientas con la misma forma que el silencioso y la colocó anclada justo al otro lateral, por lo que daba la sensación visual de que aquella pequeña campera contara con dos salidas de escape, algo que le hacía ganar muchos enteros en el aspecto estético.
Con una buena terminación en general y una agraciada estética, gracias a la elección de colores, la Yumbo CX sería una de las favoritas de los chavales de la época
Otro de los elementos determinantes en la estética del pequeño ciclomotor español, era su depósito tipo joroba o yumbo, de ahí el nombre del modelo, derivado directamente de los modelos de más cilindrada que competían en los campeonatos de enduro del momento. Esta imagen de moto grande la completaban un equipo de fibras con porta números preparadas tanto en su frontal como laterales.
Un guardabarros delantero de nueva factura, que venía con aberturas en su parte posterior para permitir el paso del aire hacia el cilindro, así como un sillón de mayores dimensiones que en la anterior Diablo, completaba la línea del nuevo ciclomotor de campo de Derbi. De manera opcional se podía incluir un velocímetro, ya que no venía dentro de la dotación de serie.
En cuanto a suspensiones o frenada, esta contaba con doble tambor delante y detrás, anclado en llantas de tipo radial y neumáticos de campo, así como una horquilla convencional en el frontal y un sistema de doble amortiguador lateral en la parte posterior, básicamente lo que se estilaba en los modelos de la competencia dentro del segmento.
Una de las características más destacables de la CX era su depósito de combustible de gran tamaño, similar al empleado en motocicletas de más cilindrada de la época y que le confería un aspecto de “moto grande”
Con un precio de 82.950 pesetas de la época, unas 1.800 euros actuales, estaba entre las más baratas del momento, ya que una Rieju Marathon 50 llegaba hasta las 100.919 pesetas o una Puch Minicross Condor se situaba en las 94.800 pesetas, haciendo que esta CX Jumbo se erigiera como una de las favoritas de del segmento.
40 años después, se pueden ver algunos de estos ciclomotores en concentraciones de clásicas o pululando por foros especializados, donde amantes de este tipo de motos las restauran con cariño y vuelven a revivir a sus mandos épocas doradas que por desgracia ya no volverán.
Fotos: Museo Derbi
J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS