El caso de la Bultaco Gaviota es muy interesante, ya que aún siendo una pieza única se trata de una creación bien conocida entre los seguidores de la obra de Xavier Bultó. Creada como un regalo de cumpleaños para su hija Inés, este híbrido entre una motocicleta y un scooter se pensó para ser utilizado con toda la comodidad posible por las calles de Barcelona, destacando por su diseño tan peculiar con ese carenado frontal así como la gran altura de sus manillar envuelto en un amplio parabrisas.
No obstante, lo cierto es que no se basa en un diseño creado desde cero. Lejos de ello, la Bultaco Gaviota toma como base a la Mercurio 200 de 1968. Una de las variantes de la popular saga, reconocida por su gran fiabilidad y que incluso llegó a ser uno de los puntales de la empresa en el mercado norteamericano gracias a modelos como El Tigre. Así las cosas, urge comprender a su base antes de seguir analizando a la Gaviota.
Presentada en 1961, la Bultaco Mercurio llegó a ser tan popular y adecuada para el uso diario que mereció el apodo de “ la moto del pueblo “. Un lema que sintetizó bien sus cualidades de duración y fiabilidad, siempre basadas en el bastidor de brazo único y el motor monocilíndrico de dos tiempos refrigerado por aire. De esta manera, la Mercurio representó el lado más racional y cotidiano en la gama de Bultaco, muy alejada de opciones deportivas encarnadas en las Metralla o Tralla. Todo con el objetivo de maximizar las ventas, siendo además muy fácil de reparar.
A pesar de ser un modelo creado para servir como regalo a su hija, Xavier Bultó creó aquí un interesante vehículo urbano que bien podría haber llegado a serie
Bultaco Gaviota, un modelo único
De la Mercurio se derivaron más de 12 especificaciones diferentes contando una serie creada para el ayuntamiento de Barcelona, las realizadas para el mercado americano e incluso una que fue a parar en exclusiva a Irlanda de la cual se conservan muy pocos datos precisos. No obstante, para 1967 apareció la 200.
Con 196 centímetros cúbicos su motor daba 20 CV a 7.000 revoluciones por minuto con una compresión 10:1 para mover sus 95 kilos a través de cuatro velocidades. Características que hacían de ella una motocicleta con todas las de la ley, pudiendo ser utilizada sin problema alguno en desplazamientos interurbanos.
No obstante, en la ciudad a pesar de su fácil manejo podía adolecer de una postura no lo suficientemente erguida. Por ello, en la Bultaco Gaviota se echó mano de una ergonomía más propia de un scooter que de una motocicleta de carretera para hacer más cómoda la posición de la espalda y los brazos.
Se basó en la Mercurio 200, parte de aquella saga en la que la resistencia y la fiabilidad fueron tan excelentes que la gente la llamó ” la moto del pueblo “
De hecho, el manillar además de subir en altura aumenta su ancho para poder ir en total relax. De esta manera, la hija de Xavier Bultó pudo utilizar la Bultaco Gaviota en el denso tráfico de Barcelona, siendo un vehículo que bien podría haber llegado a serie para dar a la marca la opción de ofrecer algo a medio camino entre la scooter y la motocicleta como hoy en día viene a ser común. Una alternativa bastante versátil en la que ir cómodo por ciudad no queda reñido con el poder cubrir medias distancias con garantías gracias a unas buenas prestaciones.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS