En términos de coleccionista, la Ducati 996 SPS sería la sublimación de la 916. Su versión más refinada y preciada. Altamente codiciada gracias a haberse producido tan sólo 150 unidades adjudicadas a sus primeros propietarios antes incluso de haber entrado en la cadena de producción. En suma, una verdadera leyenda no sólo para los seguidores de la marca italiana, sino también para todos aquellos que sientan algo especial al escuchar el término “ superbike “. Pero vayamos por partes. Para empezar, en 1994 salió al mercado la espectacular 916. Responsable de ganar cuatro Campenatos del Mundo de Superbikes – 1994, 1995, 1996 y 1998 – , ésta es un mito sin paliativos dentro del motociclismo deportivo de alta gama.
Además, y sin contar sus éxitos en competición, consiguió marcar una época gracias a su estilizado diseño a cargo de Massimo Tamburini. Todo ello con su bicilíndrico a 90º con 916 centímetros cúbicos, válvulas desmodrómicas e inyección de combustible para llegar hasta los 114 CV a 9.000 revoluciones por minuto. Un conjunto mecánico asentado en el estudiado chasis de enrejado tubular forjado en acero. Además, la colocación de los tubos de escape bajo el asiento daba un mejor rendimiento aerodinámico así como unas líneas mucho más depuradas. Y bueno, pensando en más refinamientos está el hecho de colocar el basculante en un único lado a fin de hacer más rápidos los cambios de rueda en competición.
Así las cosas, Ducati se enfrentó a un serio problema desde el momento en el que la 916 hizo su estreno. Sustituirla. Y es que, al fin y al cabo, en algún momento ésta debería encontrar un relevo. Un relevo que, a menos de hacerlo muy bien, debería enfrentarse a vivir bajo la sombra del mito. De esta manera, en 1999 la casa italiana no optó por presentar un diseño de nuevo cuño, sino por mejorar lo presente gracias a la 996 SPS. Basada en las mismas líneas maestras que la motocicleta de la cual deriva aunque, al mismo tiempo, con detalles e innovaciones dignas de una montura de competición. De hecho, la SPS es lo más cerca que el usuario de calle podía estar de las Ducati del Campeonato del Mundo de Superbikes.
Con cuatro campeonatos del mundo de superbikes, la 916 fue una de las mejores motocicletas de su momento. Todo un mito que fue revalidado por su primera evolución con cilindrada aumentada: la 996
Ducati 996 SPS, evolucionando lo que ya es superior de por sí
A fin de no presentar a la Ducati 996 SPS como una simple reforma cosmética de la 916, Massimo Tamburini abordó en primer lugar cambios serios en el motor. De esta manera, incrementó la cilindrada del bicilíndrico hasta los 996 centímetros cúbicos entregando así una potencia de 124 CV para propulsar los 198 kilos de esta máquina a más de 250 kilómetros por hora. Todo ello asentado en un chasis mejorado con componentes más rígidos y livianos, asentando el conjunto en llantas de cinco radios aún más ligeras que las de tres montadas en las 916.
Además, la 996 SPS compartía gama con dos versiones más. La Biposto y la S. No obstante, la SPS era la tope de gama. Eso sí, sólo en producción hasta el 2001, momento en que fue sustituida por la Racing. Ahora, ¿más allá del motor cuáles eran las ventajas de la 996 SPS respecto a las versiones más mejoradas de su antecesora? Pues principalmente todo lo que tenía que ver con el peso y las suspensiones. Respecto al primer asunto, se incorporaron multitud de nuevas piezas realizadas en carbono y titanio.
Además, en lo referido a la gestión del firme el antiguo monoamortiguador Showa fue reemplazado por uno más afinado de la casa Öhlins. Exactamente igual a lo ocurrido con la horquilla delantera. Asimismo, en lo relacionada con la dirección la Ducati 996 SPS incorporó una ventaja fundamental: un selector para efectuar cambios y ajustes rápidos, pudiendo adaptar el comportamiento de la misma a cada circuito o trazado sin necesidad de entretenerse demasiado en cuestiones relativas al equipo mecánico.
Gracias a sus piezas aligeradas, sus nuevos amortiguadores y su dirección ajustable la SPS fue la variante más parecida de la 996 a lo que la casa ponía de forma oficial en los circuitos
Con todo ello, finalmente en 2002 llegó la última evolución de la 916 gracias a la 998. A la sazón sustituta de nuestra protagonista, la cual quedó en el recuerdo como una de las superbikes más depuradas y aligeradas en toda la historia de Ducati. Verdaderamente, una de esas piezas que, aún habiendo nacido para correr llevadas por una persona tan consciente como habilidosa, bien podrían quedar como una cuidada pieza de museo en el panteón de la ingeniería.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS