Examinando la trayectoria de Bultaco en el Off-Road, posiblemente ninguna motocicleta de serie le deba tanto a la competición como la Matador MK4 SD. De hecho, se la podría definir como una carreras-cliente al igual que las TSS pues, no en vano, su función estaba claramente delimitada al ámbito de la competición. Pero vayamos por partes. Para empezar, lo primero que debemos hacer es situarnos en 1960. Año de lanzamiento de la Sherpa N. Ideada para realizar excursiones por la naturaleza – de ahí la N de su denominación comercial – esta montura aún pertenecía a ese tiempo en el que las diferentes modalidades del Off-Road no estaban claramente delimitadas.
Debido a ello, su versatilidad hizo de ella una buena escuela para tipos de usuarios muy diferentes. Abarcando desde quienes acabarían en el Motocross hasta quienes derivarían al habilidoso Trial junto a los que prefiriesen, sencillamente, un uso por rutas de tierra dentro del estilo Trail. Ahora, lo cierto es que la Sherpa N podía desarrollar todos aquellos usos debido a la calidad de su bastidor. Especialmente estable incluso en situaciones comprometidas, éste se reveló como una base estupenda de cara a desarrollar todo tipo de proyectos.
Consciente de ello, Oriol Puig Bultó preparó en la finca familiar de los Bultó – uno de los lugares de pruebas más recurrentes para Bultaco – una unidad de la Sherpa N con la intención de adecuarla a la práctica del Motocross. Y vaya, ésta rodaba tan bien que Francisco Xavier Bultó decidió realizar una réplica de la misma a fin de enviar las dos motocicletas al International Six Days of Motocross de 1962. A partir de aquí, la sorpresa fue mayúscula pues, no en vano, aquellas unidades quedaron en los primeros puestos de la clasificación. Es más, esto impresionó tanto a los distribuidores estadounidenses que finalmente el diseño fue llevado a serie en 1963 bajo el nombre de Matador. Con todo ello, al fin nacía una apuesta de Bultaco para el Motocross y su demanda al alza en los Estados Unidos.
La Matador fue desarrollada año a año en base a las victorias consecutivas logradas en el ISDM, una de las pruebas de habilidad y resistencia más exigentes del panorama mundial
Bultaco Matador MK4 SD, una montura especializada en la competición
En un principio, aquellas unidades experimentales montaron el cilindro con 196 centímetros cúbicos presente en la Metralla 62. No obstante, en 1963 y 1964 el equipo Bultaco había regresado al ISDM con mecánicas que ya alcanzaban el cuarto de litro. Por cierto, revalidando los excelentes resultados tanto en fiabilidad como en posiciones absolutas. Con todo ello, cuando en 1965 la marca actualizó a la motocicleta Matador con su versión MK2 ésta salió al mercado con un monocilíndrico de 244 centímetros cúbicos y culata radial.
Además, en 1967 la Matador MK3 modificó su chasis al tiempo que incorporaba algunos retoques estéticos. Asimismo, la cadena pasó a estar cubierta por fuelles obligando así a una modificación del cárter a fin de poder instalar las piezas de goma. En suma, con la tercera generación la Matador ya se había convertido en una auténtica montura de Motocross justo en el momento en el que las Pursang empezaban a dar sus primeros pasos tras la experiencia adquirida con las Métisse de los hermanos Rickman.
De esta manera, Bultaco empezó a comercializar un kit de competición llamado Six Days – SD – en homenaje a los múltiples éxitos cosechados por el modelo en el ISDM. En él se incluía una nueva culata de alta compresión así como un nuevo tubo de escape con el cual se perdían bajos pero se ganaba potencia a altas revoluciones. Es decir, el kit SD hacía de la Matador MK3 una motocicleta sólo apta para pilotos avezados en pruebas de resistencia y habilidad en la montaña. Vaya, una carreras-cliente para quien desease ir por libre al ISDM. Algo, por cierto, bastante común.
Las características de los Seis Días Internacionales de Motocross – obligando al piloto a ser también mecánico sobre el terreno – condicionaron el diseño de no pocos elementos
Llegados a este punto, en 1971 Bultaco redobló la apuesta con la presentación de la Matador MK4. Y es que la desdobló. De este modo, mientras MK4 “ normal “ enfatizaba su carácter más versátil para presentarse como una opción Trail, la variante SD acentuaba el lado más competitivo llegando a ganar hasta 20 kilómetros por hora en su velocidad punta. Es más, el motor llegaba a entregar 28 CV para sus 120 kilos. Además, en base a las exigencias del ISDM el embrague era completamente distinto al montado en la versión Trail. Y eso por no hablar del escape. Tan voluminoso que obligó a retocar el bastidor. Asimismo, las características del ISDM – con la obligación de no llevar más equipo técnico que el cargado en la propia motocicleta, haciendo así del piloto también un eventual mecánico – fueron tenidas en cuenta para el desarrollo de la Matador MK4 SD. Por ello, llevaba de serie un spray para pinchazos o pasadores en los ejes para un rápido desmontaje de las ruedas. En fin, competición campestre en estado puro.
Miguel Sánchez
Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.COMENTARIOS