Las motos todoterreno, hoy día más conocidas como motos enduro aunque, en el fondo, son motos todoterreno, tiene una enorme afición en España. Contamos con paisajes y lugares de ensueño para el disfrute de estas máquinas, y además, contamos con una enorme tradición gracias a “nuestras” marcas. Los fabricantes españoles, aquellos que no fueron capaces de adaptarse a los cambios, se especializaron, en gran medida, en las motos todoterreno, incluso se ganaron una buena fama fuera de nuestras fronteras.
Montesa fue una de esas marca con una especial atención por la moto “de campo”, cuyo catálogo contaba con algunas de las mejores motocicletas de su categoría, como la Montesa Cappra VR250, auténtica moto de carreras que levantaba pasiones. El caso es que no todo el mundo quería una moto de carreras, pero buscaba una todoterreno “de verdad”, sin compromisos como los que se podían encontrar en la Montesa King Scorpion, así que la compañía catalana se puso manos a la obra.
Se partió de la Cappra 250, pero se civilizó ligeramente para dar forma a una motocicleta con un carácter realmente deportivo: la Montesa Enduro 250. Contaba con el mismo motor de la Cappra, sin perder ni uno solo de sus 36 CV, pero cambiaban varias cosas para que fuera más apta para el todoterreno y no para las carreras. La Enduro 250 fue un éxito arrollador, y se vendieron 4.000 unidades en dos años, entre 1974 y 1975. En 1976 la Enduro 250 se convirtió en la Montesa Enduro 250 H –y en Enduro 250 K, destinada al mercado norteamericano–.
La Montesa Enduro 250 no era una motocicleta de competición, aunque sí era una moto muy deportiva, y lo mismo pasaba con al Montesa Enduro 250 H, pues, básicamente, era una evolución de lo ya conocido. Lo primero que se podía apreciar a simple vista era el depósito de combustible, de nuevas formas y cuya presencia, cambiaba notablemente el aspecto de la moto, pero sobre todo, para mejorar la posición sobre la moto al hacerlo más estrecho. El asiento también se rediseñó y recibió un asa para el acompañante, de forma que se podía homologar como una dos plazas.
Más cambios se podían encontrar en suspensiones. Delante, se cambiaba las tijas con el fin de reducir la altura general de la montura. Los amortiguadores traseros contaba con dos anclajes, para poder modificar la altura a gusto del usuario.
Anclado en el chasis, un “clásico” de Montesa, un propulsor de un solo cilindro, ciclo “dos tiempos”, con 246,3 centímetros cúbicos –diámetro de 70 milímetros y carrera de 64 milímetros– y un carburador Amal de 32 milímetros. El cárter, en este caso, se pintó de color negro mate y se añadió una corona de mayor diámetro.
La Montesa Enduro 250 H estuvo a la venta hasta 1977, cuando apareció la Montesa Enduro 250 H6, que incorporaba, igualmente, algunas mejoras con respecto a la Enduro 250 H.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.Tengo una 360 a la venta
La moto de la foto es una Montera 360 NO 250
Muy buenas. Ok, gracias, pero, no hay fotos de la 250 H lo suficientemente buenas para publicar y había que ilustrar con imágenes. Si hubiéramos puesto fotos de la Enduro 250, también habría algún lector que se quejaría. La cuestión es, ¿la información es correcta? Tampoco resulta fácil encontrar fuentes fiables para estas motos.
Yo también pienso lo mismo teníamos una.