La Norton Commando Fastback, una montura lanzada en 1969, fue, en realidad, la Commando “de siempre”, pero con la denominación fastback para diferenciarla de las versiones S y R que habían aparecido recientemente en el mercado. Pero no solo recibía una nueva denominación, también cambiaba algunos aspectos generales, como diseño, por ejemplo, y algunos detalles técnicos.

Allá por el año 1967, Norton ponía en circulación la primera entrega de la Commando 750. Corrían malos años para la industria motociclista británica, los alemanes y los italianos les habían comido terreno, al tiempo que la llegada de los japoneses había resaltado, todavía más, los característicos problemas de las motocicletas británicas. Ya no era personalidad, eran problemas de fiabilidad y conducción…

La Norton Commando tenía el objetivo de recuperar el favor del público, de volver a poner en lo más alto de la industria de las motos a quienes había dominado el mercado durante años, pero existía un problema: desde el mismo día de su lanzamiento, la Norton Commando ya estaba obsoleta. Sin embargo, introdujo algo que Harley-Davidson, por ejemplo, evitó hasta el Siglo XXI: los silent block, o dicho en español: los soportes de motor al chasis elásticos para eliminar vibraciones. Una solución que ideó el Dr. Stefan Bauer, ingeniero de Rolls-Royce para intentar que la moto, cuyo motor se desarrolló a finales de los 40, fuera mínimamente suave.

Fue en 1969 cuando apareció la Norton Commando Fastback, una versión que llegaba después de las Commando S y Commando R, y que, además, introducía algunas cosas importantes. De primeras, el chasis se modificó para superar los problemas de rotura que padecían las versiones anteriores. También se cambió el diseño –colín, asiento, depósito… – y se cambió el selector del cambio al lado izquierdo para unirse a las tendencias y a las solicitudes de los usuarios.

Por aquellos años se sucedían muchos cambios y Norton tenía que adaptarse a ellos. Los usuarios solicitaban arranques eléctricos y no “a patada”, mientras que los nipones ponían de moda los motores de cuatro cilindros con culatas de cuatro válvulas, mientras los británicos mantenían sus motores de antaño, con dos cilindros refrigerados por aire, dos válvulas, arranque mecánico…

Así, Norton lanzó la Commando MKIII, o la Commando Fastback II, que ya incorporaba cambio a la izquierda, arranque eléctrico y además, también era más silenciosa, como pedía la normativa británica –por culpa, entre otras cosas, de los japoneses… –. También era una moto 20 kilos más pesada, más torpe y menos deportiva que cualquiera de las Commando anteriores, llevara el título de Fastback o no. Como curiosidad, el arranque eléctrico de Norton era un tanto peculiar, pues solo proporcionaba “asistencia eléctrica”, la idea era que el conductor accionara la tradicional palanca de arranque al tiempo que activaba el arranque eléctrico.

En 1971 apareció el motor Combat, con el que se quería entrar en la misma guerra de los japoneses, donde la potencia era uno de los pilares importantes. Un motor que dio muchísimos problemas durante la primera etapa de producción, obligando a Norton a desmantelar la línea de producción y añadir componentes revisados y más resistentes. Fue un problema del que Norton estuvo cerca de no recuperarse.

Para 1972, la Commando Fastback casi había desaparecido del mercado, todas las Commando con motor Combat, o casi todas, era versión Roadster o Interstate.