La marca de Varese caracterizada por producir motos un poco elitistas y de alto nivel técnico lanzó en 2012 la MV Agusta F3 675, que garantizaba un amplio catálogo de motos parra cubrir un mayor sector del mercado además de incluir un escalón de acceso a uno de los fabricantes punteros, en lo que a motos deportivas respecta.
Estaba incluida dentro de la categoría supersport, poco mimada durante estos últimos años por las marcas niponas, donde su reinterpretación incluía motos que potenciaban más la ligereza y el feeling del conjunto, frente a la potencia bruta de motores tetracilíndricos. Su alto nivel técnico la encumbraba como una de las mejores motos del segmento gracias a la incorporación de una innovadora electrónica que hacía que se amoldase a las características tanto del conductor como a las del estado del asfalto.
Para desarrollarla, los diseñadores reinterpretaron las formas de la F4 dotándola de nuevas líneas capaces de albergar un compacto motor tricilíndrico de poco más de 50 kg de peso, sin olvidar la seña de identidad de las deportivas de la marca, la óptica frontal romboidal. Su chasis desarrollado explícitamente para esta moto, seguía los mismos esquemas que el resto de motos de MV, un chasis doble viga perimetral en celosía construido con tubos de acero al cromomolibdeno y atornillado a dos pletinas de aluminio que servían de anclaje para el basculante, realizado en ese mismo metal y cuyo peso estaba por debajo de los 5 kg.
Contaba con suspensiones multirregulables, siendo la delantera una horquilla invertida de origen Marzocchi de 43 mm de diámetro de barras y la trasera un monoamortiguador con depósito separado Sachs conectado con el basculante monobrazo mediante bieletas de acción progresiva. El sistema de frenado potente y progresivo estaba compuesto por dos discos de freno delanteros de 320 mm con pinzas instaladas en disposición radial de 4 pistones de la marca Brembo y de un disco de 220 mm acompañado de una pinza de dos pistones de la misma marca.
El motor era un tres cilindros transversal de 675 cc refrigerado por agua de 4 válvulas por cilindro movidas por un doble árbol de levas. Alimentado por inyección electrónica Mikuni y supervisado por una ECU que incluía un sistema ride by wire que controlaba las mariposas del sistema de admisión, podía llegar a suministrar una potencia de 128 CV a 14.400 rpm y un par máximo de 73 Nm a 10.600 rpm. Expulsaba los gases a través de un sistema de escape de bella factura y formas orgánicas, compuesto por una triple salida y cuyo catalizador se encontraba bajo el propulsor. El conjunto térmico se complementaba con una transmisión compuesta por un embrague multidisco en baño de aceite y de una caja de cambios de 6 relaciones de accionamiento duro, pero que a la cual se le podía incorporar opcionalmente un sistema quickshifter.
Gracias al comentado sistema by wire que evitaba la conexión física entre el mando del gas y el sistema de mariposas, la moto disponía de un sistema de tracción regulable en 8 posiciones diferentes seleccionables desde la piña izquierda. Desde la piña derecha se podían elegir cualquiera de los 4 modos de funcionamiento del motor: Sport, Normal, Lluvia y Custom. Este último era personalizable en lo respectivo al freno motor, al corte de la inyección o incluso en la sensibilidad del mando del gas.
Era una moto pequeña y compacta cuya posición de conducción era incuestionablemente deportiva, con las estriberas elevadas y retrasadas, cargando el peso del cuerpo sobre las muñecas. Disponía de un cuadro de instrumentos que combinaba la información proveniente de los testigos luminosos con la pantalla digital multifunción. Su comportamiento estable, preciso y neutro en curva había que adaptarlo al funcionamiento de un motor que funcionaba mejor por encima de las 3.000 rpm, pero que dejaba lo mejor de sí para la zona alta del cuentavueltas, situada entre las 8.000 y las 14.400 rpm.
Con un precio de 13.000€ se podría decir que era un poco caro, pero si echamos un vistazo a la tecnología introducida en la moto y a la calidad de componentes y acabados, por encima de la media, bien se podría justificar su alto valor comparado con la Triumph Daytona 675R de 12.700€, la Yamaha YZF R6 13.000€ o incluso la Honda CBR 600 RR de 12.800€.
Redaccion
COMENTARIOS