Las Harley-Davidson Sporster siempre han sido las más populares del fabricante yankee, no en balde, no solo son la más ágiles y hasta deportivas –de ahí su denominación–, también son las más baratas y, como ya se sabe, el precio siempre será un argumento de ventas.
En Harley siempre han sido conscientes de ello y por eso, la gama Sporster ha sido una de las más prolíficas desde el mismo día que se lanzó al mercado allá por 1957. Sin embargo, como también es habitual en la marca norteamericana, ha estado más de una vez “olvidada” y sin evolución, lo que ha supuesto un riesgo para el modelo, como ocurría a finales de los 60.
Por entonces, los japoneses ya habían empezado a poner el mercado patas arriba con sus motos, equipadas con suaves motores de varios cilindros, mandos eficaces y cómodos, así como una fiabilidad notable. En esos momentos, la Sportster empezó a ser vista como lo que era, un dinosaurio que solo se compraban los fanáticos de la marca y los amantes de las motos más clásicas.
Al igual que ocurre ahora con la marca, eso empezó a hacer mella y tuvieron que buscar una solución, que fue, entre otras cosas, revisar la Sportster y añadir un nuevo motor a la gama, uno más grande y potente, apareció la Harley-Davidson XLH 1000 Sporster. Con esta versión, se espera potenciar las ventas y mejorar un poco más la imagen de la marca, que ya por entonces acaparaba el estatus de leyenda y conducir sus motos era algo más que desplazarse con un vehículo.
La mayor novedad de la XLH era su motor, un dos cilindros a 45 grados refrigerado por aire, que para la ocasión, desplazaba 997,5 centímetros cúbicos para rendor 61 CV a 6.200 revoluciones y 7,18 mkg a 3.800 revoluciones. La velocidad máxima se cifraba en poco más de 180 km/h, pero eso no era un problema para la Sportster 1000, pues correr con una Harley, con los brazos abiertos y el torso erguido, es un contrasentido.
Como bien decían en la revista Solo Moto –número 67–, “una Harley-Davidson, como un buen cocido, se debe degustar, por lo que se le debe dar una utilización particular”. Incluso mencionaban un cierto “aspecto exhibicionista” que, seguramente, todos hemos visto en cualquier Harley; son motos para que te miren, para dejarse ver.
Entre otras cosas, la mencionaba revista también apreciaba un asiento pequeño, que no incitaba a grandes viajes, y un peso muy elevado, aun siendo una moto muy pequeña. Según ficha técnica, el peso era de 180 kilos, según báscula, de 235 kilos.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS