La Kawasaki EL250 Eliminator no es un modelo especialmente recordado entre los moteros españoles, pero eso se debe, básicamente, a que apenas llegaron unidades a nuestro país y porque, como suele ocurrir, tenía un motor pequeño. De la Eliminator “de litro” se acuerdan muchos fanáticos y razón tiene para ello –como sus 110 CV–, pero la dos y tenía argumentos más que buenos para ser apreciada.
El segmento custom tuvo un interesante apogeo en los años 80, aunque poco de esa popularidad llegó a Europa, se quedó casi todo en Estados Unidos, donde las marcas niponas buscaron romper los convencionalismos con modelos que no seguían las pautas típicas de la categoría, o al menos no seguían todas. Buscaron transformar el mundo custom, algo que, curiosamente, no lograron. Los usuarios estadounidenses –y todos en general, al menos en aquellos años–, no querían experimentos ni querían cosas raras, una moto custom, una moto yankee, tenía que ser de una forma muy concreta.
Sin embargo, a lo largo de los años 80, los japoneses lanzaron todo tipo de motos custom y cruiser, las cuales destacaron tanto por diseño como por prestaciones o por calidad de frenos, algo que no siempre se puede decir de una custom. Y entre esas motos, la Kawasaki Eliminator tuvo su momento de gloria y su hueco en el mercado. De hecho, el modelo nipón tuvo varias versiones, desde la mencionada con motor de 1.000 centímetros cúbicos hasta la más pequeña con 125 centímetros cúbicos, pasando por la 900, la 750, la 600 y la 400.

La Kawasaki EL250 Elliminator era el segundo escalón en la gama y no fueron pocos los que consideraron este modelo como un matagigantes. De entrada, compartía el motor con una pequeña deportiva que en España fue muy poco apreciada –no era una 600, no interesaba… –, la Kawasaki ZZR 250. Es decir, un dos cilindros capaz de rendir 33 CV a 12.500 revoluciones –hasta 40 CV en Japón– y 20 Nm de par a 10.000 revoluciones. Presumía de poder superar los 150 km/h, una velocidad que la dejaba muy cerca de algunos modelos de Harley con mucho más motor.
Por supuesto, el diseño general de la moto se inspiraba en sus hermanas mayores y potencia el aura rebelde y macarrilla que lucían las demás. De hecho, el talante general de la moto invitaba a ser rebelde y a ir un poco a contracorriente. Debemos recordar que el corazón de la máquina procedía de una deportiva y por tanto, era un motor que prefería girar arriba e ir rápido, a dar largos paseos a velocidades contenidas como era más común en el segmento.
Se vendió en Europa como Kawasaki EL252 Aliminator, aunque en algunos mercados también se conoció como Kawasaki VN250 Eliminator.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto, la charla sería de órdago.COMENTARIOS