Cuando en 1981 el fabricante japonés sacaba al mercado a la Suzuki GSX 1100S Katana, su diseño no dejaba a nadie indiferente, debido a sus proporciones, con un faro muy adelantado y bajo, junto a su carenado que conformaban un conjunto algo extraño que recordaba en cierta medida a un dromedario. Aún así, cuando salió al mercado, según Suzuki era la moto de producción más rápida del mercado.

Este diseño tan peculiar salió de las oficinas de Target Design, compañía alemana que realizó los diseños a petición de Suzuki. Su diseño es tan peculiar pues fue probada extensivamente en el túnel de viento, para garantizar una estabilidad lineal excelente a alta velocidad, lo que le da su particular forma.

El motor era un cuatro cilindros de 1.074 cm³ refrigerado por aire, que rendía 111 CV a 9.500 RPM. El par era excelente, arrojando unos 97,1 Nm a 6.500 RPM. Con sus 232 kg y su cambio de cinco velocidades era capaz de alcanzar los 220 km/h. Su consumo de 6,5 l/100 km no era el más ajustado, pero con su tanque de 22 litros era capaz de recorrer algo más de 300 km sin repostar.

Tenía una longitud de 2.260 mm, una anchura de 715 mm y una altura de 1.195 mm , con una altura de asiento de 775 mm y una batalla de 1.520 mm. Unas dimensiones generosas que invitaban a recorrer grandes distancias en carretera, ya que en la ciudad no se sentía del todo cómoda.

Debido a su diseño, se pensó que no tendría éxito, pero no fue así. Las ventas acompañaron en aquella época, y Suzuki presentó en el Salón de Tokio de 2005 el prototipo Stratosphere, inspirado en la Katana original de 1981. La marca prometió que saldría a la venta, pero nunca ha visto la luz.