Hoy toca sesión de arqueología motera. Los chicos de Triumph han sacado a la luz la primera motocicleta que fabricó la compañía allá por 1901. No se trata de un modelo de producción como tal sino de un prototipo creado antes de que la firma inglesa arrancase oficialmente la venta de motos allá por 1902, ya que hasta ese entonces solo se dedicaban a hacer bicis.
De hecho, las crónicas cuentan que este prototipo surgió del interés de la marca por ese nuevo invento llamado motocicleta, que empezaba a aflorar durante los primeros coletazos del siglo XX. Esta creación fue una especie de prueba de concepto para ver si a la gente le interesaba comprar algo así. Y a tenor de que hoy en día Triumph es uno de los principales fabricantes de motocicletas del mundo… parece ser que sí, que interés teníamos.
Esta joya se podrá visitar en el museo de Triumph, en Hinckley, donde compartirá vitrina con la unidad un millón salida de la fábrica inglesa, 120 años después. La visita es gratuita, por lo que si os pilla por la zona no tenéis excusa para no ir. Además, el prototipo se arrancará y conducirá el próximo día 14 de diciembre, después de más de 100 años en el dique seco, todo un acontecimiento.
La Triumph 1901 ha aparecido recientemente gracias al británico Dick Shepherd, el mayor coleccionista de motos Triumph del mundo, quien dio con ella gracias a un conocido que le advirtió del descubrimiento de una motocicleta Triumph en una colección particular con algunos elementos muy singulares y que no coincidían con los de los primeros modelos de producción de la firma inglesa.
El coleccionista también tenía en su poder una carta de 1937 de la propia marca en la que relataba los orígenes del modelo. Además, el número de serie de su pequeño motor monocilíndrico data de 1901 según apunta el fabricante del mismo, la firma belga Minerva.
Me encanta contemplar motocicletas como esta Triumph 1901. Es increíble contemplar la sencillez que reinaba en los orígenes del motociclismo. Eran básicamente eso: bicicletas con motor, algo parecido a una e-bike de las que podemos ver hoy en día circulando por nuestras calles.
Sin suspensión, con un sistema de frenado supersencillo y por supuesto manteniendo los pedales y la cadena propios de una bici. Da gusto posar la mirada sobre ella y diseccionar punto por punto todos sus órganos mecánicos.
Gonzalo Lara Camarón
Ingeniero de software a tiempo completo y apasionado del motor en mis ratos libres. Los coches me gustan desde que tengo memoria, pero fue descubrir las motos y la “enfermedad” fue a peor. Mi sueño es recorrer todos los rincones del mundo sobre dos ruedas.COMENTARIOS